Llegué a mi casa completamente seca, algo que me parece lo necesariamente sorprendente como para contarlo, puesto que hacía unas horas atrás llovía y parecía que nunca iba a parar. El hecho de haber terminado con Keith, si es que puede llamarse así, me daba algo de alivio y a la vez me sentía algo más madura, aunque siendo sincera no pasarían ni dos horas antes de que esto desaparezca.
-Como te fue con Richards?-preguntó Félix burlonamente. Pasaría el fin de semana aquí en Liverpool.
-Terminamos.-Dije riéndome para mis adentros de su expresión. Adoraba poner incómoda a la gente.
-Perdón no sabía.-Dijo lamentándose.
-Debes ver tu cara!.-Contesté riendo.
-Era una broma?-Se veía confundido.
-No.
-Entonces por que... -Estaba diciendo pero se detuvo, como si lo que fuese a decir no tuviera verdadera importancia.-Y como te sientes?
-Que clase de pregunta es esa? Tranquila, si, tanto que asusta...
-Explícame como es posible eso.-Dijo riendo.
-Bueno, te diste cuenta que desde que llegamos aquí no salimos de un problema y ya estamos en otro?
-Quieres decir que Richards era un problema?
-No seas idiota, no me refiero a eso.-Dije golpeándolo.
-Supongo que tienes razón.-Contestó.
-Y tu que haces aquí?
-No puedo pasar tiempo con mi linda hermanita?
-La verdad Smith...
-Valerie me corrió.-Al escuchar aquello, no se bien por qué razón, no pude contener la risa.
-Debe tener sus razones.
-Ya se le pasará.
-Ojalá así sea, no te quiero devuelta aquí, la paz que hay es increíble.-Dije ahora.
-Falta alguien aquí...-Dijo pensativo.
-Mary.-Contesté.
-Tienes razón! Que es de su vida?
-No sé, hace mucho tiempo que no la veo.
-Entiendo...
-Oye y Juliet y Jim?-Pregunté.
-Salieron.
-Ah.
-Te propongo algo, vamos a dar un paseo como en los viejos tiempos?
-Quién eres y que hiciste con mi hermano!
-Hey! Aceptas o no?
-Claro!
Me abrigué lo suficiente, y salimos afuera. No sabía exactamente a donde iríamos, según él a recorrer Londres, algo que no habíamos tenido tiempo de hacer, hasta hoy. En primer lugar recorrimos un museo de arte, pero Félix parecía aburrirse bastante.
Había cuadros de colores y formas abstractas, esculturas de todos los tamaños e incluso muebles con diseños extravagantes. Nos detuvimos en una escultura, que apenas podía verse su presencia, era nada mas y nada menos que un punto negro.
-Y si vamos a otro lado?-Preguntó mi hermano susurrando.
-Si, mejor.-Asentí.
Salimos de allí lo más disimuladamente posible.
-Hasta yo podría hacerme un artista reconocido de esa forma!-Se quejaba Félix comiendo un algodón de azúcar mientras caminábamos hacia el ''London Bridge''.
No sabíamos que hacíamos allí exactamente, pero era un hermoso lugar, para admirar solamente. Nos sentamos a observar como pasaban los barcos que llevaban carga o cosas por el estilo. El agua aquel día estaba bastante tranquila, algo que no me gustaba, era divertido observar las caras de mareo de los marineros nuevos.
-Terminé.-Anunció Felix chupando el resto de azúcar que había quedado pegado en sus manos.
-Bien por ti.-Dije, aunque sabía perfectamente que en realidad él había querido decir ''Vámonos de aquí, me estoy aburriendo''.
-Y si mejor vamos al Big Ben?-Dijo por fin.
Y allí estábamos, tratando de buscar algo para hacer que sea inglés. Y que mejor que tomar té en una cafetería situada al frente del Big Ben? Sin contar los soldados que se formaban allí, esos de saco rojo y gorros negros. El sol comenzaba a asomarse entre las nubes y ya casi no quedaban evidencias del gris y lluvioso día que había sido hace unas horas.
-Angie mira, una feria! Vamos!-Dijo Félix emocionado arrastrándome hacia allí.
-No crees que estas algo grande para esas cosas?-Pregunté aún sabiendo que a mi me encantaban las ferias.-Al menos hubieses traído a Lucy, para disimular...
-Mira eso!-Se asombró al ver unos globos con forma de Big Ben.
-Déjame adivinar...
-Quiero eso!-Dijo observando una manzana acaramelada.
Era como en una especie de muelle. Payasos entregaban globos a los niños y una melodía de circo sonaba como fondo, no sabía exactamente de donde provenía. Había varios puestos de juegos como derribar latas donde entregaban enormes peluches a cambio.
Nos acercamos al vendedor, era un hombre con bigotes y aspecto amigable. Estaba todo vestido de blanco y llevaba un sombrero a rayas rosadas. Félix observaba la manzana con un amor indescriptible, pero vaya a saber uno por que razón volteó. Y justamente gracias a ese acto pudo ver que un auto estaba a punto de arrollar a un muchacho. Su expresión cambió y por un momento, casi una milésima de segundo, pareció reflejar cierta duda. Sin embargo corrió y empujó al muchacho, poniendo su propia vida en riesgo, bah, tampoco para tanto. El auto frenó de golpe, todo ocurrió en un segundo. Me acerqué hacia donde estaban ellos.
-Estas bien?-Dijo mi hermano poniéndose de pie y ayudando al muchacho a hacerlo también.
-Eh.. e-eso creo.-Contestó sin entender demasiado, o tal vez si.
En ese momento una muchacha bajó del auto que casi arrollaba al chico, del asiento del acompañante. Era de tez blanca con el típico peinado de aquella época: cabello corto y algo ondulado.Tenía facciones de niña pequeña y risueña, pero su rostro demostraba preocupación. Llevaba un vestido como esos de abuela, definitivamente nunca había visto a alguien que representase tanto aquella época, me recordaba a como lo hacía mi madre en el futuro.
-Oh por dios, estás bien?-Preguntó... a mi hermano. El otro muchacho bajó la vista, pareció desilusionarse.
-Si, creo que si.-Contestó observándose a ver si algo le había ocurrido, pero no era así.
-Cuanto lo siento! Tengo que irme, discúlpenos fue sin intención alguna.-Dijo y por primera vez reparó en el otro muchacho, quien si no hubiese sido por Félix quien sabe que ocurriría.
-Ya lo creo.-Respondió mi hermano como si fuese algo obvio.
La muchacha sonrió dulcemente y luego de dedicarle una mirada por milésima vez a mi hermano, se subió al coche, al parecer de su padre, y se marchó.
-Como te llamas?-Pregunté al muchacho que seguía allí observando como el auto se perdía entre los demás. Su rostro se me hacía irremediablemente conocido.
-Phill... Smith.-Dijo dejándome completamente helada, petrificada es poco!
-Un gusto... Angela.-Correspondí como pude.
-Bueno, si me disculpan, debo irme.-Concluyó levantando su abrigo que había caído al suelo.
Luego volteó a ver a mi hermano quien hacía varios observaba la manzana acaramelada sin prestar atención a absolutamente nada.
-Gracias!-Dijo y se marchó.
Observé como se alejaba entre la gente y esperé hasta dejar de verlo, mientras mi subconsciente no dejaba de idear teorías y no cesaba de llenarme la cabeza sin piedad. Quien sabe que ocurriría ahora?
-Mira lo que conseguí? El tipo de allí me la regaló por lo que acabo de hacer.-Dijo orgulloso con la manzana en su mano.
-Eres un completo estúpido.-Contesté.
-Pero si yo no se la pedí, él me la regalo!
-No me refiero a eso! Sabes como se llamaba?-Dije algo asustada señalando la dirección en la que se había ido el muchacho.
-No tengo la menor idea, por qué?
-Phill Smith, te suena?
-Si claro, se llama igual que... Dios mio!-Dijo, al parecer, cayendo en la cuenta.-Dime que no es lo que estoy pensando...
-Si, acabas de impedir que nuestros padres se conozcan...
Creo que no podría ser más clara que eso, ahora comprenden la gravedad del problema? Ese tipo era nuestro padre! Ahora recuerdo perfectamente los relatos de como se habían conocido en una feria cuando su padre casi lo atropella con su coche. Que desastre! Creo que había comenzado a arrepentirme de haber jugado con el peligroso tiempo.
-Y ahora que haremos?-Pregunté a Félix. Ambos estábamos sentados en la calle, pensando.
-Tengo una idea fantástica!
-Preferiría que no hicieras más estupideces.
-Hablo enserio.-Replicó.-Deberíamos consultar a Alfred...
-Alfred?!
-Se supone que para hoy, 1962, debería estar estudiando en la universidad. Debe tener conocimientos sobre todo esto.
-Creí que nunca iba a decirlo, en especial hoy, pero me parece una muy buena idea. De todas formas hay un problema, donde encontraremos a Alfred?
-Creo que ya lo se...
Como se habrán dado cuenta, me encanta volver al futuro jajaja
