martes, 27 de diciembre de 2011

Capítulo 18 Boys

Toda mi atención se centró en uno solo. 
-Vamos.- Dijo Iván sonriendo.- Allí están los chicos.
Nos acercamos, apenas podía caminar, estaba muy nerviosa. Sentía que no podría hablar, y si lo hiciera diría estupideces, como siempre. Allí estaba él muchacho que había conseguido mi atención, ese mismo que hacía unos días atrás había arruinado mi vestido.
-Él es Pete, él es Bill, él George y bueno.- Dijo Iván presentándolos e hizo una pausa.- Él es Stuart.
Qué había dicho? Stuart?! Como no había podido reconocerlo! Había insultado a Stuart Sucliffe! Que idiota fui, desearía ir y pedirle disculpas, pero no era adecuado.
-Ajá.- Solo me limité a decir eso.
-Veo que aún me recuerdas.- Dijo Stuart y sonrió.- Perdón...
-No importa.- Dije ahora bajando la vista.
Pero no pude mantenerla en el suelo, ya que quien tenia la sonrisa más hermosa que jamás haya visto, por la que me desvelaba pensando, estaba allí, George Harrison. 
-Se conocen?-Preguntó Félxi intrigado, mirando a Stuart.
-No importa.- Dije ahora y volteé a ver a George, el me estaba mirando, lo que me causó vergüenza y volví a bajar la vista.
-Y John?-Preguntó ahora Iván.-Iré a buscarlo.
-Yo voy contigo amor.-Dijo Félix bromeando. Traté de que él se diera cuenta que no queria quedarme sola allí ya que estaba muy nerviosa, pero no hubo caso, ambos desaparecieron entre la gente. Volteé y miré a los chicos, todos me miraban pervertidamente, lo que me incomodó.
-Hola linda.- Saludó un chico rubio, no me acordaba de su nombre, pero su rostro se me hacía muy familiar.
-Hola.- Me limité a solo decir eso.
-Soy pete.-Se presentó. Pete, sería pete best? No ese no era rubio. Pete Shotton! Si, ese debería ser. Según la película Nowhere Boy, era muy amigo de John y su compañero en la banda The Quarrymen.
-Un gusto, soy Angie.- Dije ahora.
-Bonito nombre.-Dijo ahora.
-Hola, yo soy George.-Dijo y esbozó una gran sonrisa. 
No sabía si volvería a verlo, probablemente sí. Pero no pude contenerme y lo abracé. Al darme cuenta de que había hecho, me separé rápidamente de él y me avergoncé, pude notar que él se había percatado de aquello. George comenzó a reír.
-Qué fue eso?- Preguntó.
-Nada.- Contesté algo nerviosa.- Perdón.
-No tienes por que disculparte.-Dijo ahora.
Iván y Félix había llegado, y alguien más venía atrás de ellos.
-Angie, él es John.-Dijo presentándolo. 
No lo podía creer. Toda mi vida se redujo a ese segundo en el que él dijo ''hola''. Esas simples palabras bastaban para que sea feliz toda la vida. Es que es algo indescriptible tener a la persona que más admiraste en tu vida, en frente tuyo.
-H-hola.-Dije algo entrecortado.- Soy Angie.
-Un placer Angie.- Dijo y me guiñó el ojo.
A los pocos minutos, estaban tocando sobre una especie de plataforma. Sonaban muy bien. Pero, y Paul? Estaba absolutamente perdida mirándolos, era increíble estar allí, en esa época. 
-Angie!-Gritó alguien detrás mio, hizo que me asustara verdaderamente.
-Mary, casi me infarto. Qué haces aquí?-Pregunté.
-Ahora vivo aquí.- Dijo y miró al suelo, estaba apenada.- Mira, el es mi hermanito, Arthur.  
-Hola.-Dijo él.
Era el niño más hermoso que había visto en mi vida. Tenía ojos color miel y su cara estaba llena de pecas, como la de Angie. Solo que este niño, era la travesura y maldad personificadas...




Voy a tratar de subir dos capítulos por día, tengo mucho tiempo libre y me aburro. No sean cacas y comenten.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Capitulo 17 Otherside Liverpool

Los días habían pasado. Mary ya no iba a mi casa, hacía tiempo que no la veía. Y, hay que recordar que ese fue un verano muy frío y lluvioso, por lo que estuve casi todos los días en casa. Jim era una persona especial, era muy interesante hablar con él, tenía muchas historias para contar. Uno de aquellos grises días, me encontraba tirada en el sofá.
-No pensarás estar así todo el verano... no?-Dijo Jim en un tono paternal.
-No, pienso estar así toda la vida.-Contesté y reí.
-No lo creo. Levántate y ve a hacer algo, mira que no falta mucho tiempo para que comiences a ir al colegio.-Dijo ahora.
-Colegio?!-Pregunté asombrada.-Nunca!
Me levanté del sofá y fui hasta mi habitación. La verdad había olvidado completamente que debía ir al colegio. De todas maneras, aún quedaba el resto del verano. Pero algo así como miedo surgió en mi, los profesores de esa época era mucho más exigentes que los que yo conocía. Estaba caminando de un lado a otro de la habitación, pero algo me sacó de mis pensamientos. Observé por la ventana, Iván me hablaba desde la otra calle. No entendía lo que decía, hacía unas señas extrañas, lo que me causó algo de gracia, ya que una anciana también lo observaba. Era un chico encantador, siempre sabía que decir en el momento exacto. Solía hacer cosas por las que me sonrojara aunque ya estaba acostumbrada, pero según Mary, él hacía eso con todas las chicas. Sin embargo tenía algo que me atraía, no estaba segura de eso, pero me interesaba saber por qué razón siempre tenía dibujada esa misteriosa sonrisa.

-Espera.-Le grité y bajé por las escaleras.
Abrí la puerta y allí estaba él, y también Félix. Caminé hacia ellos.
-Cuál es la razón tan importante para osar interrumpir mi siesta?-Bromeé.
-Quieres acompañarme a Liverpool?-Preguntó. Por alguna razón me incomodaba estar con mi hermano e Iván juntos, pese a que estos fueran algo así como mejores amigos.
-Acompañarnos.-Corrigió Félix y dirigió una mirada a Iván, este rió.
-A que?-Pregunté fingiendo desinterés, pero por dentro moría por ir.
-A ver a the quarrymen.-Contestó Iván.
No pude estar más feliz, miré a mi hermano y él me dirigió una sonrisa. Era lo que siempre había querido. Abracé a Félix.
-Gracias.-Susurré y me separé de él.
-Qué fue eso?-Preguntó Iván y rió.
-Nada.-Contestó Félix sonriendo.
-Y bien, vamos?-Preguntó Iván y me miró directamente a los ojos.
-S-si claro.-Dije aún mirándolo.
Fuimos hasta la parada del autobús, no tardó mucho tiempo en llegar. El clima era frío y lluvioso, pero creo que ya estaba acostumbrándome a él, tanto que ya me gustaba así. Parecía hacerse eterno el camino, los minutos pasaban tales como si fueren horas. No podía calmar mis pensamientos, conocería a John Lennon y a George Harrison! Qué pasaría si diría algo fuera de lugar? Y si les caía mal? A decir verdad los pensamientos en mi cabeza eran muchos más negativos que positivos. Para distraerme comencé a mirar por la ventanilla. Esa época no dejaba de asombrarme. Los autos eran increíbles. 


La forma en que se vestían era increíble.





Todo era increíble: Las casas, los edificios, la gente y los enormes sombreros que llevaban, los jopos al estilo elvis que tenían los muchachos. Estaba fascinada mirando todo aquello.
-Qué miras?- Dijo alguien a mi lado, hizo que me asustara verdaderamente ya que estaba en mis pensamientos.
-Iván, idiota, me asustaste.- Dije aún sobresaltada.- Y Félix?
-Allí está.- Dijo y miró hacia un lado, estaba sentado al lado de una muchacha, algo más grande que él. Iván esbozó esa sonrisa tan misteriosa que solía hacer. 
-Pareces un duende.-Dije mirando hacia el suelo lago avergonzada, por qué siempre decía estupideces? él rió.- De esos que están al final de los arcoiris.
-Por que lo dices?-Preguntó y sonrió de nuevo, lo había echo a propósito, evidentemente ya sabía por qué lo decía.
-Deja de hacer eso.- Dije ahora.
-Esto?-Preguntó y sonrió de nuevo, tenía una sonrisa tan linda.- Soy irlandés.
-Qué? Y eso que tiene que ver con todo esto?-Dije ahora.- Oh! Yo sabía... si eres un duende!-Respondí y reí.
Me contó toda la historia de su infancia, había venido a vivir a Inglaterra cuando era apenas un niño. Es más aún, si escuchabas con atención todavía conservaba su acento.
-Y Mary?- Cambié radicalmente de tema. Él bajó la mirada.- Hace tiempo que no la veo...
-Bueno, ha ido a vivir un tiempo con sus tíos a Liverpool.- Contestó.- Ya sabes como está en su casa...
Esa era la verdad. Mary había tenido una infancia muy dura. Su madre los abandonó cuando tenía apenas 6 años, y su padre era alcohólico. Pensar que vivía con sus tíos me alegraba, pero a la vez no, ya que no la vería tan seguido. Aunque podría ser una excusa para ir a Liverpool, ya que Juliet no me dejaba. 
Al cabo de unos minutos, ya estábamos bajando de aquel autobús. ''Penny Lane'' decía un cartel colocado en la esquina. Que emoción me causaba aquello. 
-Llegamos?-Pregunté eufórica.
-Aún no.-Dijo Félix y sonrió.- Cálmate...
Caminamos varios minutos más, aquel lugar era mucho más tranquilo que Londres. Llegamos a un parque, no era muy grande. Allí había muchos muchachos con el peinado de Elvis, era genial. Pero toda mi atención se centró en uno solo...





sábado, 24 de diciembre de 2011

Feliz Navidad

               ¡Feliz Navidad!


Hola gente :B Feliz navidad, que les vaya bien y no sé (?) Sigan sus historias que son geniales y publiquen más seguido u.u Que tengan una navidad beatle (? pero no vayan a pedir a Paul, porque ya es mio >:). Bueno eso ._. feliz navidad, hanukkah o como le digan :D









Capítulo 16 parte II

-Pero en que mundo vives? Es navidad!-Contestó y rió.
-Navidaaad!-Exclamé, lo había olvidado por completo.
Subí rápidamente las escaleras y me vestí con lo primero que encontré. Era un vestido amarillo, horrible  para yo lo que acostumbraba, pero era lo que solía usarse en la época.
























Sin importar como me viera corrí hacia el primer piso, tirando al pasar lámparas, mesas, y cosas por el estilo. Félix se rió de mi apariencia pero no le di importancia y salí a la calle.
-Angie!-Dijo Mary que estaba hablando con Iván.
-Ahora no!-Dije y seguí corriendo, la gente me observaba como si estuviese loca.
-Que extraña es...-Dijo Iván a Mary.
No tenía tiempo para aquello, había olvidado que era navidad. Debí haberlo imaginado, todos esos adornos. Pero no tenía tiempo para lamentarme, solo disponía de un poco de él para aunque sea comprarle algún regalo a Juliet, que había sido tan generosa con nosotros. Horas y horas recorriendo el centro de la ciudad, cada tanto me quedaba observando con fascinación los autos tan distintos a como yo los conocía. Por fin, ya tenía los regalos. Pero estaba agotada, hasta que vi algo que cambió mi estado de ánimo radicalmente: una cafetería de los años 50, siempre me habían gustado! Sin dudarlo dos veces, entré. 



Era una lugar genial. Una señora algo mayor se acercó hacia mi.
-Que quieres ordenar?-Dijo sacando un lápiz.
-No sé, tráeme cualquier cosa.- Dije observando el lugar, impresionada.
Al cabo de unos minutos volvió, fue muy rápido.
-Aquí tienes.-Dijo y dejo un gran vaso sobre la mesa.
Ya cansada, decidí volver a casa. Le pagué a aquella anciana, y me fui de ese lugar. Estaba cargada de bolsas de todo tipo de tamaño. Y, para empeorar la situación había comenzado a llover. Pero, no tenía sentido tomar un taxi, ya que no estaba tan lejos de casa. Así que decidí caminar. Estaba ya a unos pocos metros de casa, allí estaban Mary e Iván, como siempre. Iba tan concentrada en mis pensamientos, que no me percaté de la presencia de un muchacho, que tropezó conmigo, haciendo que cayera al suelo, más precisamente, en el lodo. De lejos podían oírse las risas de Mary.
-Eres un idiota!-Dije sin voltear, observando mi vestido, que aunque fuese horrible, estaba arruinado.
-Lo siento.- Dijo y volteé. No podía ser, definitivamente no...- No fue mi intención.
Ese chico se me hacía muy familiar. Tenía un peinado al estilo Elvis, llevaba lentes oscuros y una bufanda negra.
-De veras, lo siento.- Dijo nuevamente.- Además, eso no vale la pena, podrías hacerte uno igual con un mantel.- Dijo riendo, de lejos podían oírse las carcajadas de Iván y Mary.
-Qué dijiste?!-Dije enojada, aunque sabía que tenía razón. Pero quién se creía? Además de haber tropezado conmigo, dice eso?
-Te apuesto a que lo golpea.- Dijo Iván a Mary y rió. 
-Quién te crees?!-Dije enojada, pero me interrumpió.
-Lo siento, enserio.- Dijo mirando al suelo. Pero yo estaba demasiado enojada, y seguí gritándole.
-Sabes que?! No se porque sigo hablando contigo.-Dije.- Vete a la mierda!
Dicho esto seguí mi camino hasta casa. Ignoré los comentarios de Mary quien exigía a Iván haber ganado la apuesta. Antes de entrar a mi hogar, volteé, aquel chico estaba hablando con ellos, al parecer lo conocían. No le di importancia a esto, y entre. Sigilosamente avancé por la sala, tratando de llegar rápidamente a la escalera, pero sin hacer el menor ruido. Lo logre! Ya estaba en mi habitación. Me bañé y al cambiarme observé el ''vestido'' que estaba allí sobre la cama, y pensé que tal vez fui muy exagerada con ese muchacho. Pero eso no importaba ahora, abajo estaban esperándome para cenar...

viernes, 23 de diciembre de 2011

Capítulo 16 parte I

Alguien me estaba llamando, volteé, era Juliet.
-Bueno, creo que debo irme.- Dije a Mary.- Un placer conocerte.
-Lo mismo digo.-Contestó y sonrió.- Adiós.
Comencé a correr en dirección a casa, pues la lluvia era cada vez más fuerte, y los truenos hacían resonar el cielo. Allí estaba ella, en la puerta.
-Vamos entra.- Dijo tratando de no mojarse.
Entré a la casa, el clima era mucho más cálido que afuera. Él fuego ardía en la chimenea. Sobre la gran mesa, estaba el almuerzo. Me senté allí, de modo que quedé frente a Félix, y Juliet, en la cabecera de la mesa.
-Y Jim?-Pregunté mientras comía.
-Trabajando.- Contestó ella.
-De que trabaja?-Preguntó ahora mi hermano.
-Es periodista.- Respondió Juliet.
-Que interesante!-Dije, siempre me había gustado el periodismo. 
-Veo que ya has conocido a Mary.- Comentó ahora.- Es una chica muy buena.
-Si, lo es.- Contesté y seguí comiendo. 
Pasaron los días. Mary siempre solía venir al atardecer para ir al parque o algún otro lugar. Resultaba coincidencia que la ventana que estaba en mi cuarto, daba a la calle, al igual que la de Mary e Iván. Por esa razón todas las mañanas nos comunicábamos por allí para ver que haríamos en el día, si estaba soleado, íbamos a algún lugar, en cambio si llovía muy fuerte, por lo general hacíamos actividades bajo techo. Con respecto a Félix, él se llevaba muy bien con Iván y sus amigos, eran muy parecidos. Siempre solía irse con ellos a algún lugar fuera de Londres, nunca me había interesado. También seguí hablando con los cuadros, daban muy buenos consejos, aunque aveces se contradecían. Eran 6: El anciano amargado, La señora gorda, el hombre mayor pulcro y respetable, la abuela buena, el viejo feliz y la adulta responsable.
Desperté una mañana normal.
-Buenos días!- Dije.
-Hola.- Contestaron todo casi al mismo tiempo.
Bajé las escaleras, sentía que me olvidaba de algo, pero... qué era? (Toda la casa decorada con guirnaldas y demás cosas) Pero seguía sin acordarme que era.
-Buenos días Angie!-Dijo Jim. Espera, por qué Jim no había ido a trabajar?
-Hola enana.- Dijo Félix desayunando. 
-Hola.- Contesté.
Fui hacia la cocina, algún indicio sobre que pasaba aquel día. Allí estaba Juliet, esperando que algo terminase de cocinarse. 

-Qué haces?-Pregunté.
-Cocino.- Respondió.
-No enserio? Pensé que estabas haciendo brujerías con niños!-Dije sarcásticamente.- Por qué cocinas a esta hora?
-Porque tiene que estar listo para esta noche.- Contestó sacando ingredientes de los cajones.
-Qué pasa esta noche?-Pregunté bostezando...

jueves, 22 de diciembre de 2011

Capítulo 15 With a little help from my friends

Ir a the cavern sería lo primero que haría en esa época. Todavía no podía creerlo, THE CAVERN EN 1961! era el sueño de todo amante del rock.
-No, no queda muy lejos de aquí. Es en Liverpool.-Contestó.- Para que quieres ir allí? Está lleno de adolescentes rebeldes maleducados.
-En unos años lo entenderás.-Dije y subí a mi habitación a cambiarme.
Usé lo primero que encontré, pues no tenía mucha idea sobre aquello. Cuando estuve lista bajé nuevamente.
-Voy pasear un rato.-Dije ahora.
-Trata de llegar antes de almorzar.-Respondió
Abrí la puerta, la fría brisa rodeó mi cuerpo y me causó escalofríos. Hacía mucho frío allí, hasta en verano. Comencé a caminar sobre las grises calles de Londres, los faroles comenzaban a encenderse y a iluminar cada paso que daba.
-Hola!-Oí una voz detrás mio, lo que me molestó un poco ya que quería estar sola.
Volteé, era un chica que nunca había visto. Tenía el cabello como el color del chocolate y los ojos verdes, muy claros. En su cara había pecas, no muchas, lo que le daba un toque de dulzura. Su nariz no era muy grande ni muy pequeña. Tenía una expresión angelical en su rostro, pero también algo de locura.
-Te pareces a Johnny Rotten.- Bromeé.
-Oye! No me parezco a ese tipo, por cierto, quién es?-Preguntó.
-No importa.- Dije, que idiota, olvidé que no debía mencionar personas que aún no eran conocidas.- Hablando de eso, quién eres tu?
-Tu vecina.- Dijo ahora.
-Ah.-Contesté, esa chica me caía bien. 
-Soy Mary, pero puedes decirme Mary si quieres.- Dijo y reí. 
-Y yo Ángela.- Me presenté.- Pero, es de vieja, mejor dime Angie. 
En ese momento, salía un muchacho de una casa que se situaba cruzando la calle. Se acercó hasta nosotras.
-Hola Mary.- Dijo saludándola.
-Hola Iván.- Contestó ella a aquel chico,y me guiñó un ojo.
Nunca había visto a alguien tan hermoso como lo era ese tal Iván. Su cabello era un poco más oscuro que dorado, y sus ojos de color avellana, tenían reflejos de color miel y verde. Estaba algo despeinado, pero prolijamente, como si lo hiciese apropósito. Su rostro reflejaba simpatía. Y como si eso fuese poco, tenía un cigarro en la boca, al estilo bob dylan.
-Deja de observarlo con esa mirada tan acosadora.- Dijo Mary por lo bajó y rió al igual que Iván.- Ella es Angie, nuestra nueva vecina.
-Hola.- Dije ahora. No soné tan segura como lo hubiese querido.
-Hola, un gusto conocerte-Dijo él y esbozó una cálida sonrisa.
-A donde ibas, eh?- Preguntó Mary.
-Con John.-Contestó ahora.
-Bueno adiós.- Dijo Mary.
-Pero aún no me iba...-Replicó él.
-Adios!- Dijo Mary interrumpiéndolo.
Ella comenzó a caminar y yo la seguí. Volteé pero aquel muchacho ya estaba caminando en la dirección contraria. Yo observé a Mary unos segundos, pareció leerme la mente.
-No importa, solo es Iván.- Dijo y rió como psicópata.
-Oye, yo no estaba mirándolo!-Repliqué acordándome del comentario que había hecho.
-Mi vieja en tanga, claro que lo veías.- Dijo ahora y reí.
-Conoces the cavern?-Pregunté ahora.
-Claro, el padre de Iván es el dueño de ese lugar, por qué?-Preguntó.
-Por nada.-Contesté normalmente, pero por dentro la emoción me ganaba.
-Y que te trajo a este agujero?-Preguntó y sonrió.
-Que agujero?-Dije sin entender.
-Londres.-Contestó.
-Por qué, no te gusta vivir aquí?.- Pregunté interesada.- Yo vengo de América, vine a estudiar aquí, a la casa de mis tíos.
-América? Me encantaría ir allí.-Dijo ahora.- Es cierto que los discos de Elvis llegan más rápido allí?
-Claro que si.- Respondí.- Así que te gusta Elvis?
-Por supuesto.- Contestó.
Ya estaba anocheciendo, y seguía charlando con esa chica. Con ella podía hablarse de cualquier cosa, hasta discutimos sobre la importancia de los tomates para la sociedad. Estaba comenzando a llover, las gotas caían por nuestros rostros.
-Debería ir a regar las plantas.-Dijo Mary con la mirada perdida.
-Pero si está lloviendo.- Dije sin entender aquello tampoco.
-No importa, uso paraguas.- Respondió y reí.
-Estás loca!-Dije ahora.
-Era solo un chiste.- Contestó y sonrió. 
-Angie!- Alguien me estaba llamando, volteé, era Juliet...



martes, 20 de diciembre de 2011

Capítulo 14

Hasta que por fin, me atreví a preguntar quién estaba allí.
-Quiénes son?-Dije algo asustada.
-Aquí...-Dijo como insinuando que los mire.
Pero no había caso, miré dentro del gran ropero, debajo de la cama, hasta en un cajón y detrás de la cortina! Pero no, no los veía. 
-Son fantasmas?-Pregunté de nuevo.
-No niña idiota, aquí en la pared...-Dijo un hombre.
-Oye, a quién le dices idiota?¬¬ -Dije ahora.
Observé la pared. Pero, no había nada, excepto los cuadros. Espera un segundo... las personas de los cuadros estaban moviéndose. Será que ya había perdido totalmente la razón?
-Eliseo, cuantas veces te he dicho que no insultes a las personas, es de mala educación.-Dijo ahora una mujer.
-Podrían explicarme por qué mierda estoy hablando con cuadros?-Pregunté.
-Porque estás loca.-Comentó ese mismo que antes había callado a los demás.
-Quieres decir que en realidad ustedes no están hablando?-Pregunté confundida.
-Claro que sí hablamos.- Dijo ahora un señor de aspecto sumamente respetable y pulcro, ubicado en un cuadro al lado de la ventana.
-Por qué?-Volví a preguntar.
-Es una historia muy complicada y larga, mejor no hablar de ciertas cosas.- Respondió una mujer.
-Y quienes son ustedes?-Formule otra pregunta más.
-Por qué tantas preguntas? Somos tus antepasados querida.- Respondió una mujer sumamente gorda, con peinado extravagante, en una pintura colocada en el centro de la pared. Era tan parecida a la ''La señora gorda'' De Harry Potter. Eso me causó algo de gracia y comencé a reír.
- No te dije? Está loca!-Dijo un anciano con aspecto gruñón.
-Bueno y cuéntanos.-Dijo otra mujer, algo anciana, de aspecto de abuela consentidora.- De donde vienes y por qué estás aquí?
-Vengo de aquí, pero, del 2011. Mi tío me envió aquí con una máquina del tiempo. Ya se que es difícil de creer, pero eso es su decisión.-Dije ahora.
-Así que en el 2011 ya existirán las máquinas del tiempo? Asombroso.- Comentó el cuadro de al lado de la ventana.
-Bueno, que yo sepa, solo en el 2011 existirá la de mi tío.- Dije ahora.- Y si no les molesta, pueden dejarme dormir de una vez? ¬¬ 
-Claro.- Dijo el la señora gorda.
Y luego de esa extraña escena volví a la cama. Y dormí plácidamente toda la noche. Al despertar, la luz que se filtraba por la ventana, me lastimaba los ojos. Me levanté lentamente y abrí el gran ropero. No pude contener la risa, esa ropa era tan graciosa! Polleras largas de colores oscuros y camisas, vestidos y grandes sombreros: típico de los 50. 
-Buenos días.- Comenté.
-Buenos días para ti también.-Dijo la el cuadro de la mujer anciana.
Salí de mi habitación sin cambiarme y bajé las escaleras. Aún no estaba allí Félix, tampoco Jim. Juliet tomaba un té, con esa calma que la caracterizaba. 
-Hola.- Dije alegremente.
-Buenos días.- Contestó.- Té?
-Claro.- Dije a continuación.
Estuvimos charlando una hora aproximadamente. Era muy amable, podía hablarse de cualquier cosa con ella. Pero sin embargo, era algo estricta, tenía la mentalidad de esa época. De repente, bajó Félix por la escalera. 
-JAJAJAJAJJA.-Estalló mi risa.
-Cállate ¬¬ -Contestó el.
Estaba vestido con aquella ropa rara que había en el ropero. Le quedaba extremadamente gracioso.
-Será mejor que usen eso si no quieren que la gente sospeche nada.- Dijo Juliet.
-Si tienes razón, pero jajajajaj.-Dije y seguí riéndome.- Juliet, puedo hacerte una pregunta?
-Claro.- Contestó amablemente.
-The cavern queda muy lejos de aqui? ...



Por favor que alguien me explique por qué escribo que los cuadros hablan. Si, porque estoy loca (?)

Capítulo 13 The 60's

Estábamos dentro de una casa. Pero, al observarla mejor, no era cualquier casa, sino la misma que la del tío Alfred. No tenía ese aspecto melancólico y ese olor a anciano. Era más alegre, la gran mesa del comedor no estaba cubierta por polvo. Pero, había gente a mi alrededor. Para ser más precisa eran una mujer y un hombre, ambos jóvenes. Ella era muy parecida a mi madre y a Alfred. Tenía el cabello rizado y castaño, con un toque de rojo. Sus ojos eran marrones y su nariz fina, tal como la de mi madre. Por el contrario, el hombre que estaba a su lado, tenía el cabello dorado y liso. Definitivamente esa era la casa de Alfred. Pero por qué estaba tan distinta? Quién era esa gente? Allí estaba Félix, pero estaba sentado en un sofá, con hielo en la cabeza. Intenté levantarme lentamente, pero no tenía fuerzas suficientes.
-Toma.-Dijo aquella mujer y me extendió una especie de ''bolsa'' con hielo.
Era muy antiguo eso, hasta me causó algo de gracia. Pero no tenía ánimos para reírme, estaba mareada. Luego de 15 minutos tal vez, no sentía absolutamente nada, era extraño. Había un periódico allí, lo tomé, pero solo bastó con leer una línea, pare que me desmaye.


20 De Diciembre de 1961


Desperté. No sabía exactamente cuanto tiempo había pasado. 
-Oye Juliet, ya despertó.-Dijo aquel muchacho, que estaba sentado en un sofá junto a mi hermano.
Yo aún no había abierto los ojos.
-Félix, tuve una pesadilla horrible.- Dije y volteé.- Espera un segundo... alcánzame ese periódico.
Releí la fecha una y otra vez, pero no había caso, seguía siendo la misma.
-Qué día es hoy?-Pregunté confundida, tal vez ese periódico fuera viejo.
-Martes.- Contestó aquel muchacho.
-20.- Completó Félix.
-Si, pero.. de que año?!-Pregunté
-1961 hermanita.-Dijo Félix.
-Osea que, la máquina del tiempo ha funcionado?- Pregunté.
-Así es.- Contestó.
-Y... .-Iba a preguntar quienes eran aquellas personas, pero me interrumpieron.
-Yo soy Jim.-Dijo el muchacho.
-Y yo Juliet.-Se presentó aquella mujer.- Somos tus bisabuelos, los abuelos de tu madre y Alfred.
-Pero, si eres muy joven para ser abuela!-Dije. Los tres me miraron extrañamente.
-Tiene problemas, pobre...-Dijo Félix y rieron.
-Volviendo al tema, Afred ya nos había anticipado su llegada. Por eso les preparamos habitaciones. Quieren verlas?-Preguntó Juliet.
-Claro.-Acepté.
A continuación nos dirigimos al segundo piso, y la que sería mi habitación no era otra que la misma que en la casa de Alfred, bueno esa era la casa de Alfred, mejor dicho, no era otra que la misma de 50 años después. Pero estaba muy cambiada. En las paredes ya no había  cuadros de paisajes relajantes, sino eran retratos de gente muy seria, tal como esas pinturas antiguas.
-Qué hora es?-Pregunté a Juliet.
-Las 23:00.- Contestó.- Te dejo sola, para que estés más tranquila.
-Gracias, creo que ya me ire a dormir.-Contesté.
Ella salió por la puerta, y me acosté. Al cabo de un tiempo, unos minutos tal vez, cuando ya estaba entre el sueño y la realidad oí una voces extrañas.
-Quién será esa niña?-Era la voz de una mujer.
-No lo se Calista.- Contestó ahora un hombre, hablaban muy refinadamente.
-Cállense van a asustarla.- Dijo ahora otra mujer.
-Deberíamos preguntarle, hace mucho que no vemos a nadie por aquí.- Replicó ahora, otro hombre más!
Esa habitación parecía estar llena de fantasmas, no dejaban de hablar un segundo. Ya había contado como 10 ''personas'' hablando. Reían, decían cosas extrañas. Tal vez fuese un sueño, pero estaba segura de estar despierta. Lo único que faltaba es que vivieran fantasmas en mi habitación. Por que todo debía pasarme a mi?...

domingo, 18 de diciembre de 2011

Capítulo 12

Por suerte todo fue tomando color. La imagen se hacía cada vez más real: un bosque. Estaba en un bosque? Pero no era uno común, los árboles eran extraños. Había un camino de tierra. Allí también reinaba el silencio, era abrumador. 















Sobre los pies de uno de aquellos inmensos árboles, se encontraba un muchacho. Me parecía haberlo visto alguna vez. Decidí acercarme, pero en ese momento algo pasó volando sobre mí. No era un pájaro común y corriente. Tenía colores tales como los del fuego. Y en lugar de su pico, había una trompeta, que sonaba como una de estas. Que extraño era aquello! Seguí caminando, y allí estaba el muchacho. Observándolo mejor, se parecía a mi, no comprendía por que. Hasta que me di cuenta que sobre mis manos, aún estaba ese extraño objeto. Por esa razón comencé a recordar: La habitación, el tío Alfred, la máquina del tiempo y... Félix! Si, ese era Félix. Me acerqué corriendo.
-Félix!-Dije emocionada. Él observó a su al rededor, como si no entendiera por qué razón le hablaba a él.
-Me hablas a mi?-Preguntó.
-Si!-Contesté y comprendí que ese extraño lugar era como que hacía que te olvidaras de las cosas, incluso de tu nombre. Es que había algo allí que era muy extraño.- Te llamas Félix, y yo soy tu hermana Angie.
-Qué?-Preguntó desconcertado. Pero hizo un gesto como recordando.- Tienes razón, pero por qué estamos aquí?
-Recuerdas esto, y al tío Alfred?- Dije enseñándole la máquina.
-Si!-Dijo ahora.- Y como salimos de aquí?
-No sé.- Respondí.
Ambos observamos el lugar unos minutos.
-A donde llevará ese camino?-Preguntó ahora.
-No lo sé.- Contesté.
-Vamos!-Dijo y comenzó a caminar siguiéndolo.
Caminamos horas y horas, no parecía haber vida en ese lugar. El único ruido que se oía eran nuestros pasos. No podíamos saber con certeza si era de noche o de día, ya que los árboles eran tan altos y frondosos que no se podía observar el cielo. Pero de pronto estos comenzaron a ser diferentes. Ya no tenían el mismo color, y la misma forma. Cuando más lejos caminábamos, eran más extraños. Había luces en ellos, marcos de cuadros en el suelo, por cierto, este era de un color extraño, y lo más llamativo era que había enormes manzanas sobre él. No era extraño en el sentido de algo horrible, ni mucho menos, era una de las cosas más hermosas que había visto en mi vida. 




Pero,algo era aún más extraño. Un árbol contenía una puerta. 
-Vamos?-Preguntó Félix.
-Creo que es la única salida.- Contesté.
Félix abrió la puerta lentamente, y entramos allí. Fue exactamente la misma sensación que al tocar la máquina. Todo era blanco, no había aire, ruido, ni siquiera suelo. Hacía olvidarte de todas las tristezas y crueldades del mundo, en un solo segundo de confusión. Y, eso era lo que duraba, un segundo. Luego, todo comenzaba a tomar color y  realismo. Era Londres. Pero no era igual que al irnos, tenía un aspecto más antiguo. A medida que nos acercábamos más a la realidad, podía notarse en las calles, con los autos y la vestimenta de la gente, que estábamos, por lo menos 50 años atrás...

viernes, 16 de diciembre de 2011

Capítulo 11 Time Machine

Ahora Alfred y yo estábamos solos en la habitación. En ese momento mi tío me parecía mil veces más inquietante de lo común. Todo aquello era tan horriblemente distinto a lo que creí que sucedería. Y él, como si nada hubiera pasado, tenía esa odiosa sonrisa en el rostro.
-Si, yo también me llevé un susto la primera vez que sucedió.- Comentó al observar mi sorpresa.
-Aquella noche que soltaste un alarido?- Pregunté intrigada.
-Veo que lo has escuchado. No habrás estado espiándome no es así?-Preguntó.
-No.-Mentí.- Y ahora dime, que has hecho con Félix? Donde está?!- Pregunté algo alterada.
-Felicítame pequeña...-Estaba diciendo, pero lo interrumpí.
-Felicitarte?! FELICITARTE? Estás loco!-Respondí pero ignoró eso y siguió hablando.
-He creado la primer máquina del tiempo de la historia!-Dijo y comenzó a reír. En ese momento pensé que quizá no estuviese tan loco,o si? Solo lo normal, yo también reiría de esa forma si hubiese creado tal objeto. Aquella respuesta me había dejado helada.
-E-es imp-posible.- Respondí con mi voz entrecortada, aquel hombre no dejaba de sorprenderme. Una esperanza de conocer los 60 renació en mi instantáneamente, pero sabía que aquello era imposible.
-No lo creo.- Dijo haciendo sonar sus largos dedos.
-Donde está Félix?-Pregunté.
-No sé.- Contestó muy tranquilo.
-Como que no lo sabes?!-Comencé a alterarme nuevamente.
-Podría estar en otro tiempo, incluso en otro mundo, no, universo es la palabra correcta.- Dijo y esbozó esa sonrisa de oreja a oreja que tanto odiaba.
-Q-qué?.-Pregunté al escuchar tal respuesta.
-Te contare desde el principio.- Prosiguió.- Conoces a Stephen Hawking? 
-Qué tiene que ver eso con Félix quieres decirme?!!-Contesté.
-Todo a su debido tiempo.-Dijo y siguió con su extraña explicación- Él ha dicho que para viajar en el tiempo se necesitaba un agujero de gusano, o como es ya sabido, viajar a la velocidad de la luz. 
-Qué es eso?- Pregunté perpleja, parecía hablar en otro idioma.
-El agujero de gusano es un especie de atajo del espacio-tiempo. Es algo hipotético, no se sabe si podría existir realmente, es como que está allí, pero a la vez no.
-Ah.-Respondí sin todavía haber entendido.
-Pasé noches enteras buscando la manera de poder crear un objeto que cumpliera con aquello. Parecía imposible pero, JÁ! ahí lo ves.-Contesto.- Lo difícil era como retroceder el tiempo, pero tantas noches desveladas dieron resultado! Y más aún, no dormir durante días te da muchas ideas.- Dijo pasando su mano por su despeinado cabello. Ahora sí.- Prosiguió.- Félix. Bueno el está en... no podría decírtelo, no lo se!
-Como que no lo sabes?!-Dije ahora.
-Bueno, un conejillo de indias no puede contarte nada.- Respondió.
-Y por eso mandaste a mi hermano?! Por qué no fuiste tu mismo?-Pregunté algo enojada.
-Estoy muy viejo para ese tipo de cosas, además, seria una pena que alguien de mente tan brillante como yo, muriera.- Respondió.
-Quieres decir que Félix morirá?-Pregunté más sorprendida aún.
-No sé, el cuerpo humano no soportaría viajar a la velocidad de la luz. Pero el 100% de aquella velocidad equivale a la eternidad,por esta razón los fotones no podrían exhibir algún tipo de envejecimiento. Volviendo al tema que nos interesa, ya lleva demasiado tiempo ahí. No querrás que le pase nada, no es así?-Dijo, sus intenciones eran claras, pretendía enviarme a mi también, y sabía que yo no tendría otra opción.
-Eres detestable.-Dije ahora.
-Lo reconozco, recuerda no comportarte como lo he hecho.-Dijo ahora y me extendió un bolso.- Toma, tiene cosas que podrían servirte, que seguramente no hayan sido creadas, si es que viajan al pasado.
-Ya tenías todo planeado?!-Pregunté de nuevo, pero ignoró ese comentario.
-Apresúrate! Para volver tienes que escribir hora, día, mes y año que desees. Asegúrate de que nadie vea la máquina.- Dijo ahora.
A continuación me acerqué a la mesa, ese objeto era verdaderamente hipnótico. Lo tomé con mis manos y comenzó a hacer un ruido extraño y prender luces. El reloj de la sala empezó a girar en sentido contrario, y vi como iba alejándome del lugar, como flotando. Desde allí podía observarse el Big Ben, pero lo veía como si estuviese por encima de él. De pronto todo comenzó a nublarse, hasta que me encontré perdida en la inmensidad de la nada. Todo era blanco, parecía flotar, no estaba pisando nada pero tampoco había agua allí, y tampoco aire. Reinaba un silencio perturbador, era tal que si me hubiese quedado allí un segundo más me hubiera dormido y quién sabe si vuelto a despertar? En ese momento, que casi no podía pensar, comencé a cantar nowhere man. 



Por suerte todo fue tomando color. La imagen de hacía cada vez más real...






Lo único que quiero decirles es que eso de Stephen Hawking es verdad, y aunque les cague la existencia (?) tengo que decir que viajar al pasado es imposible, a diferencia del futuro. Pero que sentido tendía sino el fic? Bueno chau comenteeen




jueves, 15 de diciembre de 2011

Capítulo 10 It won't be long

Empujamos esa puerta, un depósito de agua se encontraba atravesándola. Detrás de este, se encontraba el dichoso pasillo. Pero no era nada fácil acceder a él, había que trepar con cuidado. Era como un túnel, con pared de ladrillos y el tejado inclinado hacia un lado. Había que caminar con cuidado, pues solo las vigas estaban sostenidas firmemente, entre ellas, había un piso frágil, que con el menor peso, se caería. A medida que caminábamos, más se podía notar el polvo que había allí. Hasta que encontramos una puerta en la pared. Era pequeña, y no tenía cerradura o algo por el estilo, es que había sido diseñada para salir de esa habitación, no para entrar. 
-Lo hago?-Pregunté a mi hermano con una mano sobre la puerta.
-Como quieras.- Contestó él sosteniendo la vela que ya estaba consumiéndose.
Y así fue, abrí la pequeña puerta que estaba frente a nosotros, con cierta dificultad. Se abrió de par en par, y con un gran susto, nos dimos cuenta de que no contemplábamos un desván de una casa deshabitada, sino, una habitación amueblada. A félix lo venció la curiosidad, y apando su vela, entró a aquel lugar. Prendió una lámpara que allí se encontraba. No me parecía buena idea, sin embargo, yo también entré allí. Las paredes estaban cubiertas por estanterías repletas de libros. El fuego ardía en un chimenea. Delante de esta se encontraba un enorme sillón, con un respaldo muy alto. Una vieja y ancha mesa, ocupaba casi toda la habitación. Allí había algo cubierto por una manta, no era muy grande. También, libros, velas y toda clase de objetos raros. 
-Mira esto.- Dijo mi hermano, mostrándome un libro escrito en otro idioma, latín tal vez.
-Esta casa no está abandonada, será mejor que nos marchemos.- Dije algo preocupada.
-Espera.- Contestó él, contemplando los objetos extraños de la mesa.
-Si, quédense un rato más.- Dijo, levantándose del sillón, nada más y nada menos que el tío Alfred. 
Félix me lanzó una mirada. En ese momento comprendimos nuestro error, no solo que no estábamos en la casa de al lado, sino que nos encontrábamos en esa misma habitación que Alfred no había querido mostrarnos. Además, como no nos percatamos de su presencia!
-Té?-Preguntó el anciano esbozando una sonrisa de oreja a oreja.
-No, gracias, nosotros ya nos íbamos.- Dijo mi hermano, a diferencia de mi, todavía sin haberse asustado.
-Nada de eso.- Dijo nuevamente nuestro tío.
Retrocedimos un paso hacia la puertecita por la que habíamos entrado. Pero Félix no tardó en ponerse algo tenso, al notar que el anciano, rápidamente, pasó por nuestro lado y cerró esa puerta, colocándose frente a ella.
-Qué haces?- Pregunté.
-Bueno, verán, dos niños era justamente lo que necesitaba.-Comenzó diciendo.
-Para qué?-Preguntó Félix. Alfred pareció pensar un momento.
-Saben qué? No importa, cosas de viejos, no les interesaría. Será mejor que vallan a la cama, es tarde.-Dijo ahora firmemente.
-Bueno.-Respondí y me dirigí hacia la puerta.
-Pero, antes, quisiera mostrarles algo...-Dijo y destapó con delicadeza ese objeto cubierto por la manta.
-Woow.- Me sorprendí.
Era algo diferente a lo que pudieses imaginar nunca. Tenía una extraña belleza. Era casi hipnótico, algo pequeño que estaba lleno de cables, botones, era una especie de caja metálica. Pero lo más llamativo era que tenía números.
-Qué es?- Preguntó Félix con sus ojos clavados en el maravilloso objeto.
-Aún no lo sé.- Expresó el tío Alfred pensativo, que ahora ya no parecía ser atemorizante.
-Puedo?- Dijo mi hermano nuevamente, insinuando tocar aquel objeto.
-Adelante.- Contestó Alfred, y sonrió. Pareció una sonrisa natural, pero yo pude notar una expresión ansiosa en su rostro, casi codiciosa.
-No!-Dije en un tono de voz más elevado.- Félix no lo toques!
Pero, demasiado tarde. Sin ninguna luz, ruido o advertencia, mi hermano había desaparecido. Ahora Alfred y yo, estábamos solos en la habitación...






El capitulo 10, por fin. Es corto, pero bueno, es lo que hay, ahora voy a actualizar más seguido y no sean cacas (?) y comenten. Gracias C:

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Capítulo 9 Knoking on the heavens door

Desperté. Los rayos de sol lastimaban mis ojos. Cuando por fin me ubiqué en el tiempo y espacio, cosa que no sucedía muy a menudo cuando acababa de despertar, me levanté. Fui hasta el armario para cambiarme, pero me sorprendí al ver que no había nada.
-Que idiota soy!- Decía.- Olvidé de traer ropa!
y, no me quedó más remedio, que usar la ropa ya seca, del día anterior.
Abrí la puerta, la casa estaba muy silenciosa, seguramente porque era inmensa. Bajé las escaleras y allí estaban, en la mesa.
-Buenos días.- Dijo Alfred.
-Hola.- Contesté y me senté.- Qué hay para comer? Muero de hambre!
-Angie!- Respondió mi hermano como regañando.
Mientras, pasaba el tiempo, yo observaba las gotas de lluvia que empezaban a caer. Y al fin! ya estaba listo el almuerzo. Alfred se sentó también.
-Siempre es así el clima?- Pregunté.
-Así es, pero a principio de año, hace mucho más frío.- Contestó.
-Que feo!- Respondí, pero pensé, y me gustaba ese clima.- Félix, tenemos un problema...
-Qué sucede?- Preguntó.
-No trajimos ropa.- Contesté.
-Tienes razón!-Dijo algo sorprendido.
-Podrían comprar en el centro, hay mucha.- Dijo Alfred tratando de dar alguna solución.- Y tu Félix? Tus estudios?
-No lo sé.- Contestó muy paciente, verdaderamente no le interesaba.
Y, así pasaron los días. Luego de almorzar, salía a pasear por la lluviosa cuidad. A decir verdad, ya estaba tornándose aburrido. Aunque amaba ese lugar. Pasaron días y noches, hasta que en una de ella, algo extraño sucedió. Yo me encontraba en mi habitación leyendo un libro que había encontrado. Cuando repentinamente, un alarido proveniente del primer piso, me erizó la piel. Luego de eso, todo fue silencio, hasta que comenzaron a escucharse ruidos extraños, entre ellos, risas algo terroríficas. Lo primero que pensé, fue en fantasmas, en una casa vieja, me parecía lógico que los haya. Pero en ese momento, no tenía idea de lo lejos que estaba mi teoría, de lo que en verdad era. Lo único que hice fue taparme con una manta y tratar de dormir, pero la duda me carcomía. Así que tomé valor, y me levante. Tal vez, lo mejor sería ir al cuarto de Alfred, y expresarle mi duda. Si, eso haría. Abrí la puerta en extremo silencio, todo era oscuridad. Me dirigí hacia la habitación de Alfred. Pero me llevé una gran sorpresa al ver que no estaba allí. Estaba comenzando a asustarme. Tal vez se encontraba en la cocina. Así que opté por buscar allí. Pero al bajar la escalera, me percaté. Él había sido el autor de ese alarido, y estaba en ese cuarto ''desordenado''. Observé por la cerradura con cuidado, pero no se veía mucho. Solo pude ver que estaba él, y había una especie de animal sobre una mesa. Inmediatamente decidí volver a la cama, quizás podría verme.
Y así pase la noche: intentando dormir, pero la duda era más fuerte. Llegó un punto en que no podía aguantar más y me hundí en un sueño profundo. Al despertar, el sol brillaba. Bajé las escaleras, y nuevamente, estaban ellos dos allí.
-Hola.- Dije.
-Buenos días.- Contestó Alfred.
-Hola idiota.- Dijo mi hermano, como solía saludarme.
-Pareces muy cansada.- Observó Alfred.- Has dormido bien?
-No.- Me limité a contestar.
Ya no podía mirarlo de la misma manera. Lo de esa noche, me tenía muy intrigada. Y así pasaron las horas. Hasta que decidía salir de la casa para despejarme un poco.
-Quieres venir?- Pregunté a Félix, con la intención de contarle.
-No.- Respondió simplemente.
-Vamos! Tenemos que ver ropa!- Esa era la excusa perfecta, y no le quedó otra opción que aceptar.
Íbamos caminando por las frías calles de Londres. Cada paso resonaba en toda la calle. Era tan inspirador ese paisaje.
-Oye.- Dije.- Alfred está loco.
-Lo noté.- Me respondió.
-Oíste lo de la noche?-Pregunté.
-Así es.-Respondió.
-Quiero averiguar que trama...- Dije en un tono misterioso.
-Déjalo en paz.- Contestó ahora.
-Pero... podría ser algo extraño!-Repliqué.
-Tienes razón.-Respondió.- Además, no sabes lo extraño que es estar despierto en la cama y oír los pasos del tío Alfred avanzando sigilosamente a tu habitación.
-Así es, eso se refleja en sus ojos.- Contesté perpleja.- Pero, para que te querría?
-No sé.- Respondió simplemente.
-Hay que averiguarlo.- Dije ahora.
-Observaste la casa de al lado?- Preguntó.
-No espío a los vecinos.- Contesté.
-No, idiota, está abandonada.- Dijo ahora.
-Y eso qué?-Pregunté.
-Hace dos noches lo vi entrar allí. Podríamos ir primero, a ver si encontramos algo.-Dijo.
-Está bien.-Contesté.- En el desván hay una puerta, si la atraviesas te encuentras en un depósito de agua, atrás de este hay un pasillo, que conecta toda la hilera de casas.
-Como lo sabes?-Preguntó asombrado.
-Bueno aquí, puesto que es muy frío y lluvioso, estoy casi todos los días dentro de la casa, y lo descubrí una tarde de aburrimiento.- Dije, pero ahora me distraje mirando ropa.
Que bonita era la ropa allí! Por suerte habíamos traído bastante dinero. Volvimos cargados de bolsas. Sentía que algo corría por mis venas, así como adrenalina. Tal vez esa noche descubra lo que Alfred estaba planeando. A decir verdad, me estaba generando una especie de obsesión aquello. Hasta que por fin, cayó la noche. Todos estábamos ''durmiendo'' o al menos eso creía. Fui hasta la habitación de Félix, y toqué la puerta.
-Qué quieres?- Preguntó desde adentro.
-Vamos!- Contesté.
Abrió la puerta lentamente, la luz apenas se filtraba por una pequeña ventana que se encontraba al final del pasillo, el ambiente allí era terrorífico. 
-Donde está el desván?-Preguntó ahora mi hermano.
-Arriba.-Dije.-Pero... no hay luz, tenemos que llevar velas. Ve a buscarlas.
Y así lo hizo, desapareció en la oscuridad. Al rato volvió.
-Aquí están.- Dijo.- Pensándolo bien, no se porque te hago caso.
-Cállate.Vamos.-Contesté.
Subimos la pequeña, y última escalera de la casa, iluminados por la tibia luz de la vela. Y, como el otro día, allí se encontraba la puerta del desván. Entramos sigilosamente, nada del otro mundo, un desván común y corriente. Allí estaba esa puerta que nos guiaría al pasillo...






Ahora estoy subiendo muchos capítulos, espero que les guste. Ah! y el título se debe a una canción de los Guns n Roses, que viene al tema, creo que todos los capítulos van a tener títulos de canciones.

My sweet Lord

George, que decir no? Ayer, hace 10 años que el mundo ya no es igual. No tube tiempo de escribir antes, pero ahí va: La verdad, que no se que sería la vida si no hubiese existido. Su música, como a muchos otros, me hace sentir tantas cosas, que no puedo pasar un día sin escucharla. Pero quién sabe donde está ahora?La muerte no es el fin. Pensar que revolucionó el mundo, un ídolo, genio, no alcanzan las palabras para describirlo. Yo no lo recuerdo con tristeza, al contrario, nos queda su música, sus enseñanzas, sus frases, su alegría. Y por sobre todas las cosas, nos quedó esa hermosa sonrisa que tenía, que me llena de emoción al observarla. 


''Cuando hayan visto más allá de ustedes mismos, entonces podrán encontrar que la paz mental está esperando ahí''.


''Trata de darte cuenta de que todo está dentro de tí mismo. Nadie puede hacerte cambiar y ver que eres muy pequeño y que la vida fluye contigo o sin ti''


''Si no sabes a donde vas, cualquier camino te llevara allí''


''Veo el regalo de Dios moviéndose ahí arriba en la noche, aunque el cielo es un oscuro espejo, nos refleja nuestra luz''


''Es el momento que comencemos a reír, ¿qué más deberíamos hacer?''


''Todo debe pasar, todas las cosas deben pasar''


''Yo vivo en este mundo material, espero salir de este lugar''


''El lenguaje de las flores destaca las flores de las palabras. Pero lo que está siempre en tu corazón, es lo más difícil de alcanzar''


''La vida es un largo enigma mi amigo, así que siga leyendo, siga leyendo, la respuesta está al final''


''Cariño ha sido un largo, frío y solitario invierno. Cariño, parece como si hubiera durado años''


Ni mil palabras servirían para describirlo. Y algo que merece ser destacado es su HUMILDAD, que es una de las cosas que falta en la música hoy en día.























Te amo George!