lunes, 16 de abril de 2012

Capítulo 63

Todos los instrumentos sonaban a un compás que no podía determinar con tanta facilidad como lo hubiese deseado, pero sonaba realmente impresionante. No se oía ni el más mínimo susurro dentro de la gran sala. Y ese era el momento que podría definir completamente el futuro. Si había algo que odiase, era ser tan indecisa, pero debo admitir que este no era el caso.


Tomé el estuche de mi saxofón y suspiré una última vez. No comprendí nunca de donde saqué tanto valor, pero lo abrí. Tomé a la pequeña criatura y me acerqué hasta el escenario. Estábamos justamente detrás de la orquesta, por lo que ellos no se percataron de nuestra presencia y siguieron tocando. Pero a excepción de ellos, todas las demás personas si lo habían hecho y podía sentir la intensa mirada de cada uno de ellos. 
En el rostro del pequeño monstruo se dibujó la típica y odiosa sonrisa macabra que tanto odiaba.


Entre un forcejeo logró soltarse de mí, cual animal encerrado en una jaula. Corrió por detrás de la orquesta de un lado a otro, y yo iba persiguiéndolo detrás. Me sentía sumamente avergonzada y por sobre todas las cosas nerviosa, pero no había vuelta atrás. La extraña criatura, Alison llamémosle, hizo un extraño movimiento, en el intento de escapar, por el  cual casi cae al suelo. Pero logré atraparlo. Lo tomé de la mano y lo llevé, casi a la fuerza, al medio del escenario. La orquesta no había dejado de producir ni una sola nota, y no lo harían pase lo que pase, eso era el dilema de Ronald. Recordé a este extravagante profesor y dirigí mi vista hacia donde se encontraba parado anteriormente. Estaba tendido en el suelo y varias personas trataban de abanicarlo con viejas revistas enrolladas, o algo por el estilo. Y comprendí que se había desmayado, iba a matarme.


Pero ahora despejé mi mente y me centré en mi objetivo. Una melodía bastante alegre sonaba de fondo, algo como una tradicional de italiana. Así que tomé a la pequeña criatura de las manos y comencé a bailar de forma ridícula. Se oyeron varias carcajadas provenientes del público, y algunas de la propia orquesta. La expresión de la criatura cambió radicalmente. Era una mezcla entre una desagradable sorpresa y también vergüenza, puedo llegar a afirmar que hasta me causó algo de miedo aquella expresión.


De forma intencional, o quizás no, las personas que tocaban esa melodía tan atrapante, comenzaron a aumentar la velocidad poco a poco. Por lo que debí bailar aún de forma más ridícula todavía, las carcajadas fueron aumentando. De un segundo a otro todo se tornó tan gracioso, que hasta era algo de no creer. Algunas risas eran tan melodiosas que daba placer oírlas, y otras algo más groseras, pero espontáneas. Podía notarse en la expresión de la criatura que estaba realmente avergonzada y fastidiada, que por un momento me causó algo de pena. Pero poco a poco a medida que las risas iban apoderándose del lugar, su tamaño disminuía. Y de un segundo a otro, era tan pequeño que casi no se podía advertir su existencia. De pronto... desapareció! Y quede allí parada en el medio del escenario, sin nada que hacer o decir.




Iba acompañada de un profesor, caminando feliz por el pasillo. Si, feliz. No sé muy bien por qué, pero creo que todas las personas de la escuela esperaban que esto suceda algún día, y alguien debía hacerlo!


-Sabes a donde nos dirigimos?-Preguntó serio el profesor que iba a mi lado.
-A la dirección?-Lo sabía exactamente. Lo más probable era ser expulsada. Y si eso sucedía, ya no podría molestar a Keith.
-Adivinaste.-Contestó él.
-Van a expulsarme?-Pregunté insegura.
-No lo sé.-Se limitó a contestar él.
-Angie...-Oí a alguien llamarme. Su voz se me hacía tan conocida.
-Hola George.-Lo saludé y volteé a John.- Lennon...
-Tenemos que decirte algo.-Prosiguió el guitarrista cabizbajo.
-Lo siento, ahora no puedo.-Me disculpé y seguí caminando a la par del profesor, quien me miraba algo mal.
-Pero es importante!-Dijo John a lo lejos.
-Luego!-Fue lo único que atiné a decir, antes de entrar en la oficina del director.




Me encontraba hacía media hora sentada delante del escritorio de aquel hombre. No se si hombre era la palabra indicada, ya que no debía tener más de 35 años. Los rayos de luz que apenas entraban por la ventana, hacían relucir su rojo cabello.


-No hace 2 meses que trabajo aquí y ya has estado en dirección incontables veces.-Dijo de un modo serio, que no supe que decir. Pero luego esbozó una sonrisa.
-Así es.-Dije y bajé la mirada.
-Desorganización de un acto formal, incitación al descontrol entre alumnos, ocacionar el desmayo del personal de trabajo...-Enumeró las cosas que yo había hecho, pero continuó en voz baja.


Varios profesores y autoridades entraron a la sala. Todos iguales entre sí, formales con cara de pocos amigos. Discutieron un largo rato en una pequeña habitación que había allí, y yo debía esperar sentada en la sala principal. Lo que me ponía demasiado nerviosa. Ya sabía la habitación de memoria desde donde estaban los muebles ubicados, hasta que tipos de cuadros descansaban allí, debido a la enorme cantidad de tiempo que se tomaron en discutir mi situación.


De pronto la puerta de ese sub-cuarto se abrió y todos los profesores y autoridades se fueron tal como entraron, serios y sin saludar.


-Angela.-Dijo el director.
-Si?-Contesté más que nerviosa.
-Estuvimos un largo rato discutiendo cual era la mejor decisión que tomar...-Comenzó a hablar.
-Ya lo creo.-Comenté mirando el reloj. Él sonrió, era encantador. Creo que si hubiese dicho eso a la antigua directora ya estaría expulsada, en detención y 3 metros bajo tierra.
-Verás, eso normalmente debe ser castigado con la expulsión.-Dijo ahora, pero ese ''normalmente'' me daba cierta esperanza.- Pero considerando que eres muy buena alumna, con notas bastante altas, esta vez queda perdonada Smith. Aunque todos admitimos que esto debía pasar algún día.
-Gracias!-Me emocioné.
-No hay de que.-Contestó sonriendo.
-Tienes razón, después de todo soy una heroína, los salvé a todos. Es más, deberían darme un reconocimiento.-Bromeé.
-Si, como digas Smith.-Contestó. Al parecer se le hacía divertido llamarme por mi apellido.


Salí de allí bastante feliz,pero algo me sorprendió. George y John aún seguían allí. Definitivamente algo estaba mal, conociendo su forma de ser, en especial el carácter de Lennon. Al percatarse de mi presencia, ambos se pararon de su asiento y me dirigí hacia donde estaban.


-Y bien... que sucede?-pregunté bastante preocupada.
-Es que...-Dijo George rascando su cabeza de un modo pensativo.
-Están comenzando a preocuparme.-Dije. George bajó su mirada como si sus zapatos fuesen lo mas interesante en este momento.
-Es Stuart...-Comenzó John.
-Que pasa con Stu?!-Pregunté ahora, más que preocupada, temiendo lo que alguien del futuro sabía.
-Él... falleció.-Terminó con el misterio George...








Hola wachos (?) Volví y no tengo inspiración, pero voy a tratar de subir 1 capítulo por día si puedo. Gracias por leer, los amo :') (?)
PD: estoy bajoneada porque no pude ir a ver a Paul a Uruguay :'(


Isabella: Si, me encantan los Arctic Monkeys. Los amo, los amo, los amo, los amo, los amo. Y Alex es lo más hermoso del universo! Yo tambien quiero hablar con vos (?) Acá te dejo una foto para que te deleites (?) 






 Alex y Paul 

No hay comentarios:

Publicar un comentario