viernes, 21 de septiembre de 2012

Capítulo 71

-Félix, decidí que si voy a invitarla.-Resolvió Phill apareciendo entre la gente.

-Genial! Y qué te ha hecho cambiar de opinión?

-Preferiría no hablar de eso.-Él se veía muy confundido.

-Ven, ella está allí.-Dijo observando por una ventana de la cafetería.

-Y qué le digo?

-No lo sé, dile cosas románticas, las chicas adoran eso.-Respondió Félix.

-Yo no me voy a rebajar a esas cosas de niñas histéricas.-Se quejó.

-Rayos! No sé como nací...-Susurró.

-Qué dijiste?

-Nada, solo ve, y dile lo primero que se te venga a la cabeza...

-Es que nada viene a mi cabeza!

Félix lo arrastró hacia dentro de la cafetería y se sentó esperando que todo ocurriera acorde al plan.

Phill se acercó a la mesa en la cual se encontraba Stella charlando de forma divertida con sus amigas.

-Stella.-Susurró él.

-Perdón, te conozco?-Preguntó ella deteniendo su conversación.

-Si, soy Phill, Phil Smith... tu destino.-Agregó.

Una extraña mueca fue dibujada en el rostro de Stella, algo así como una media sonrisa, pero fue repentinamente interrumpida por una aparición en la pintoresca cafetería.

-Hey Smith!-Eran Roger y su séquito de estúpidos. Félix se lamento por tan terrible aparición.

-Te dije que no volvieras a este lugar.-Agregó el joven rubio y se acercó hacia él.

Varios jóvenes habían intentado detenerlo, pero ese muchacho poseía un complejo de superioridad increíble. Al pasar a un lado de Félix, este, que estaba de espaldas, puso el pie en su camino, provocando una caía por parte del muchacho.

Una expresión de enojo pudo distinguirse claramente en su rostro, y al levantarse, buscó con la mirada al culpable de su caída.

-Tu...-Susurró observándolo con rabia.

-Hey Roger, mira eso!-Dijo Félix señalando detrás de él.

El joven, obviamente volteó. Y al hacerlo, Félix salió corriendo para escaparse de algo que ya venía venir.
Roger salió tras él.

Y en ese momento, se produjo una persecución por el centro de la ciudad, que hace años no se veía algo de semejante magnitud, y entretenimiento, hay que admitir.

Roger y su banda perseguían a Félix que realizaba todo tipo de maniobras sobre una tabla con ruedas que había encontrado abandonada en la calle. Para qué? Si ahora lo único que había conseguido, además de escapar de Roger, había sido enamorar a Stella.

-Félix.-Suspiró la joven entre toda la gente que observaba la escena.-Es como un sueño...

Félix al llegar a casa, me había contado todo esto, que di por sentado que lo escribiría en nuestras aventuras en los años 60. Últimamente yo estaba actuando como una especie de psicóloga.

Y eso no es todo, sino que Stella había invitado a Félix al baile, y como todo caballero, no había podido negarse.

-No se que voy a hacer.-Se quejaba Félix a punto de estallarle la cabeza.


-No sabes que hacer con que?-Preguntó John entrando en la habitación, como siempre, en el momento menos indicado.

-Como entraste?-Pregunté insinuando su actitud fuera de lugar.

-No cambies de tema Smith.-Se sentó en el sillón, como todo un agente secreto.-De qué hablaban?

-Bueno... es que una muchacha me ha invitado a un baile y... y le dije que si!-Comentó Félix, sin prestar mucha atención a sus palabras.

-Y con eso que?-Preguntó y ante el silencio de mi hermano, agregó.-Es normal... espera, quién es?

-Stella.-Contestó mirando un punto fijo en el techo.

-Ella? Pero como vas a lamentarte por haberle dicho que si? Es hermosa!

-Pero es mi madre!-Se excusó Félix y en no más de un segundo, al darse cuenta de que había dicho algo fuera de lugar, se tapó la boca, gesto que lo delató aún más.

John no habló, el mismísimo John Lennon estaba callado. Y lejos de estar a punto de reírse, como es común en su normal temperamento, estaba serio, tan serio que asustaba. Un silencio incómodo se apoderó de la antigua casa en menos de un segundo.

-Qué?-Fue lo único que atinó a decir, rompiendo el silencio.

-N-no, es que... ella se p-parece a nuestra madre.-Contestó Félix, algo nervioso.

-Si.-Agregué yo inutilmente.

-Díganme la verdad.-Dijo friamente.

Y ahí estaba reflejada la parte que más odiaba de ese extraño ser humano. Por alguna razón, aunque si firmeza fuera la misma que la de un conejo, no podía mentirle, es decir, sabía que de algún modo se enteraría de la verdad, siempre lo hacía. Y como era de esperar, considerando su facilidad para la expresión oral, mi hermano comenzó el relato. Desde aquel día en el que encontré la vieja fotografía en el sótano, pasando por lo avisos en los periódicos, y los extraños bosques, hasta en este mismísimo instante.

John no dijo nada, aún cuando intentaba decir algo, parecía que ninguna palabra acudía en su ayuda. Su expresión reflejaba más fascinación que otra cosa, algo que me sorprendió mucho, teniendo en cuenta su sarcástica personalidad.

-Lo sospechaba.-Contestó por fin.

-Qué?-Dije aún más sorprendida, si eso era posible.-Como?

-No lo sé, supongo que tengo eso que llaman el ''sexto sentido''.-Dijo con una extraña sonrisa dibujada en el rostro. 

-Por favor John, no menciones a nadie sobre esto.-Agregó mi hermano.

-Descuida no lo haré, pero no se como voy a poder guardarme esto, quizás me descargue con una canción.-Reflexionó.

-Intenta que la letra no sea algo así como ''Félix y Angela vienen de 50 años en el futuro''-Agregué inventando un ritmo casual, por las dudas. Él rió.

-En tanto, ahora comprendes por qué no puedo salir con Stella?

-Si.

-Ya que hemos tocado ese tema, necesito tu ayuda.-Dijo con una sonrisa pícara, la que siempre esbozaba cuando un ingenioso plan venía a su mente.

Preferí no meterme en el asunto, aunque una parte de mi se moría por saber que estarían tramando, lo mejor sería que saliera a caminar un rato. 

La primavera se acercaba y se hacía notar en el dulce aroma que traía el viento. Era una tarde hermosa, sin dudas. Y como cada vez que se tocaba el tema, en mi mente se hacía un debate digno de la presencia de Einstein, o Stephen Hawking, al menos. La duda que me carcomía era la siguiente: al volver a la época a la cual pertenezco... la realidad se verá afectada? O será que la naturaleza es tan sabía que la realidad en la que yo viví antes del viaje, ya estaba afectada por este?

Unos gritos me sacaron repentinamente de la búsqueda de una respuesta a mi duda existencial más grande.

-Por qué no dejan entrar a caballos?-Decía a los gritos un joven disfrazado de caballo a un autobús.-Eso no es justo, voy a denunciarlos por discriminación de especies! 

En ese momento, al parecer el hombre que conducía el autobús, se exasperó y arrancó dejando solo al joven, que seguía con su discurso, ahí en la calle.

-Malditos racistas.-Gritó y rió desaforadamente. 

Al principio creí que era un pacifista en contra del maltrato animal, pero esta idea cambió completamente al escuchar ese último comentario, lo más probable sería que fuera un adolescente drogado.

-Disculpa.-Dije y volteó observándome de arriba a abajo, aún con esa sonrisa, que observándola más de cerca, pude notar que se trataba de una bajo los efectos de algún estupefaciente.

-Si?-Contestó y rió, quién sabe de que.

-Por qué estas haciendo esto?-Pregunté curiosa, y sorprendida de mi misma, siendo que nunca me había animado a hablarle a alguien en la calle.

-No lo sé, es divertido ver como se enojan.-Contestó.

-Pero están trabajando.-Dije, aunque sonó como si le recriminara algo, no era esa la intención.

-Pues perdóname señorita correcta, no era mi intención fastidiar su té de las 5, su majestad.-Dijo irónicamente.

-Hey, no hables así a los mayores, chiquitín.-Contesté en el mismo tono que él. 

-Cuantos años tienes?-Preguntó.

-17 y tu?.-Dije segura el hizo una mueca de fastidio. Y puesto a que había ganado la discusión quería molestarlo un rato más.- Te escucho...

-15.-Dijo de mala gana, pero aún con esa expresión risueña.

-Tienes 15 años y ya consumes drogas?-Me sorprendí.

-Como sabes?-Rió.-Hoy es mi cumpleaños, tengo derecho...

-Feliz cumpleaños, entonces...-Hice una pausa para que completara con su nombre.

-Keith.-Contestó risueño, en ese momento recordé a Keith... cuanto lo extrañaba! Pero el joven me sacó de mis estúpidos pensamientos románticos.-Keith Moon.

El mundo se paralizó. Dejé de oír el ruido de los autos, el canto de los pájaros, y todas las voces de las gente que pasaba parecían ser solo eso, voces, sin  ninguna palabra concreta. Lo tenía ahí, frente a frente, como no había podido reconocerlo? Creo que el disfraz era algo que me había jugado en contra. Pero eso ya no importaba... Keith, Keith Moon, el más descabellado baterista que pudo haber conocido el mundo del rock. 

-U-un gusto, soy Angela, Angela Smith.-Contesté, como pude.

3 comentarios:

  1. oh. mai. gash. Moonie, ¡ES MOONIE! Que geniaaaaaaaal. Tienes que publicar todo, tienes que. En serio. ¡No puedo esperar a ver que pasa!

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  2. Ey soy Maria Lujan, te aviso que capaz que en el proximo capitulo aparezcas. Tirame alguna data sobre tu apariencia fisica y si tocas algun instrumento

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    1. Me alegraste el día jaja Y no sé, es difícil describirse a uno mismo, la gente a veces dice que soy medio rubiecita, pero no, tengo el pelo así como marron claro, ojos medio verdosos y toco la guitarra y un poco el saxo. Creo que nada más, te juro que posta me hiciste feliz jajajja

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