lunes, 10 de diciembre de 2012

Capítulo 75 We are the mods!

-Donde estaban?-Preguntó John cuando entramos.

-Que haces así vestido?-Contraatacó Paul, en razón a que Lennon tenía un delantal de cocina.

-Pues hago la cena baby face.-Dijo agitando la espátula que tenía en su mano derecha.- Y ahora jovencito, si no quieres irte a la cama sin comer, dime donde has estado. 

Paul, al parecer acostumbrado a estas particularidades de su compañero, simplemente lo ignoró. Dejó las llaves sobre la mesa y se dirigió al jardín, donde el resto del grupo invadía la casa de mi hermano.

-Te crié como una madre soltera, con todo lo que eso implica y así me pagas? Ignorándome?-Prosiguió con su actuación, ahora agregando un llanto, mientras McCartney se alejaba.-Oh! Quién podrá ayudar a una madre despechada con un rebelde e insolente muchacho?

-John! Deja de hacer estupideces y ven a la cocina que va a quemarse la cena!-Gritó una voz femenina desde dicho lugar.

Yo reí ante ese comentario, pero una duda me surgió sobre la identidad de aquella persona. Sin darle demasiada importancia, puesto a que podría ser Valerie, la novia de Félix, me dirigí al jardín.

-Sube el volumen George.-Ordenó mi hermano.

-Oyentes, aquí les presentamos el nuevo single de la creciente banda Londiense The Rolling Stones.-Decía la voz de un locutor, y adiviné que como todos los días, estaría escuchando la radio en busca de novedades.-Grabado hace apenas unas semanas denominado ''Angie'', aquí va amigos...

Todos voltearon a verme, pese a que aún ni siquiera había comenzado la canción. Especulaban la historia de esa canción, sin haber oído la letra y sabían la historia que había sucedido entre Keith y yo hacía dos años atrás.

-Yo creo que es buena.-Comentó Richard, el ahora denominado Ringo.

-Lo mismo digo.-Opinó Valerie... entonces si ella estaba allí, quién era la mujer de la cocina?

Paul rodó los ojos mientras oía atentamente, me causó algo de gracias. Sin embargo, la letra era sin más ni menos justamente lo que sucedió en aquellos tiempos. La guitarra acompañaba perfectamente a esta, y la voz de Mick agregaba el toque final, si es que eso faltaba.

-Eso fue ''Angie'', amigos. Pareciera ser como una contraataque del "Yesterdey" De McCartney, pero a diferencia de este, la letra fue compuesta por su vocalista, Michael Jagger.

-Ah bueno.-Rió mi hermano. Todos tenían el mismo pensamiento en sus mentes.

-Qué?-Pregunté algo nerviosa.

-También has estado con ese psicópata?-Preguntó George riendo, más que nada porque él era el que mejor relación poseía con aquel grupo.

-No!-Contesté cayendo en la cuenta de por qué me observaban tan extraño.

-Queridos corderitos del señor.-Dijo John apareciendo por la puerta trasera, y agradecí que no se hubiera encontrado allí.-Quería presentarles a alguien...

-Uuuh.-Se oyó a coro.

-Cállense par de idiotas.-Puso orden y volvió con su expresión de amabilidad.-Ella es Cynthia, llévense bien con ella o les rompo la cara.

La joven rió y supuse que era ella quien había llamado a Lennon. Era algo alta y tenía el cabello rubio como un rayo de sol. Sus facciones estaban armonizadas entre sí, parecía ser una chica normal.

-Se viene el casamiento.-Bromeó Paul.

-Por qué lo dices?-Preguntó ella.

-John nunca nos había presentado a ninguna chica de este modo.-Completó George.

En ese momento apareció en escena Lucy, tan radiante como siempre. El reflejo de las estrellas que iban apareciendo a medida que nacía la noche, se reflejaban en sus profundos y verdes ojos. Félix no sabía quien era en realidad esa niña, quiero decir, tampoco yo, pero al menos ella me había confesado ser ''envidada'' de algún lugar. Curiosamente mi hermano, cada vez que, posteriormente, narraba la historia a sus nietos, la describía como el ser más hermoso que había visto en su vida.

-Hola.-Saludó contenta.

-Lucy, como has estado?-Pregunté.-Hace mucho tiempo no pasaba por aquí.

-Mira lo que encontré.-Dijo feliz enseñándome un pequeño frasco con un líquido bastante extraño por su color y brillo.

-Donde?-Pregunté curiosa.

-En la plaza.-Contestó con una sonrisa.

-Chicos, tengo una noticia para darles.-Dijo Brian Epstein entrando allí.

En aquel momento, apareció Penélope, con un colador de metal en la cabeza, a modo de casco guerrero, y una cuchara de madera en su mano derecha. En la otra, llevaba la tapa de una olla, como si fuese un escudo impenetrable.

-Winky!-Gritó, al parecer continuaba con su búsqueda.

Brian la observó inmóvil, pero al parecer ya estaba acostumbrado a este tipo de extrañas cosas.

-Como les decía.-Prosiguió.-Un conocido empresario se contacto conmigo. Ofreció una importante suma de dinero a cambio de que grabasen una publicidad para una conocida empresa de vehículos.

-Me parece bien.-Opinó McCartney.

-Ahora, Félix, debo pedirte un favor.-Se Brian a él.

-Si, lo sé, la casa Beatle es un caos. No hay problema, pueden utilizar la mía.-Dijo sin importancia.

-Gracias, sabía que podía contar contigo.-Sonrió.-Ahora debo irme, y ustedes cuatro, no quiero verlos otra vez en alguna fiesta desenfrenada. Los quiero en casa antes de las 12.

-Cerdo.-Susurró George.



Me encontraba una tarde de domingo paseando por las calles de Londres, era uno de esos días en los que se avecinaba una tormenta de verano. El cielo rugía como un el más glorioso de los leones y a continuación fueron cayendo poco a poco las gotas de lluvia fueron apoderándose de las calles.

Me refugié bajo el techo de la entrada de una casa, donde había ya un par de personas, esperando a que la lluvia se detenga, o simplemente disminuya su intensidad para poder volver a casa.

Estaba sumergida en mis pensamientos, cuando alguien me tocó el hombro.

-Aaahh!!

-Tranquila.-Rió.- Soy yo.

-Pete!-Lo abracé. Lo cierto era que hacía años no lo veía, puesto a que ambos habíamos dejado el colegio.

-Como estas?-Sonrió.

-Bien, y la banda?

-Mejor que nunca.

-Oí que ahora son mods.-Reí animadamente.

-Así es, Robert cree que es una buena estrategia.-Contó, haciendo referencia a su manger.

-Pues yo creo que es patético.

-No dirías lo mismo si vieses a Roger vestido de tal modo.-Rió.

Un hecho significativo de 1964, no podía pasarlo por alto, aún menos cuando sabía que debía registrar lo más que pudiese. Mods vs Rockers. Dos grupos conformados por jóvenes que no tenían nada mejor que hacer. Los primeros, excéntricos fanáticos de la ropa de marca, el jazz y la música negra proveniente de estados unidos. Los segundos, con camperas de cuero y largas cabelleras. Ambos solían juntarse en bares y consumir todo tipo de drogas. Claramente no podían encontrarse aquellos bandos, se llevaban como perro y gato. Y esto fue lo que sucedió en Clacton, un tranquilo pueblo londiese en la costa sureste de Inglaterra. Una batalla campal se libró luego de una noche de fiesta y anfetaminas, un día de semana santa, donde todos los jóvenes asistían. Esto supuso detenciones y multas en gran cantidad, y mucho material periodístico. Los medios, sin duda, cumplieron un papel importante, hablaron tanto del tema, que surgió la segunda batalla campal. Sin embargo, luego de esto, ambos grupos cayeron en la cuenta de que podían disgustarse entre sí, sin llegar a grandes destrozos.

Al leer periódicos que tratasen sobre el tema, me preguntaba si Pete estaría allí, pero lo dudaba mucho.

Al día siguiente, era la acordada visita del empresario, por la cual los cuatro fantásticos estaban tan ansiosos.

Cerca de las cinco de la tarde, me dirigí a la casa de mi hermano, puesto a que quería presenciar aquello.

-Timbre!-Gritó Ringo.

-Ya lo oímos, Richard.-Contestó George.

-Paul ve a abrir.-Dijo John.

-George, ve a abrir.-Contestó este.

-Ringo, abre la puerta.-Ordenó el otro.

-Siempre yo!-Se quejó y se dirigió allí.

-Sean corteses, por favor.-Ordenó Brian, mientras Ringo recibía a dicho personaje.

Al observarlo todos se quedaron en silencio, no por otra cosa sino sorpresa. Era de baja estatura, no medía más de 1 metro, quizás 1 metro 10.

-Tome asiento Sr. Mejour, como ha estado?-Dijo con modales Epsetin mientras se sentaba.

-Bien gracias, que bonito lugar.-Contestó.

-Si, aunque es algo pequeño.-Dijo John y Brian le dedicó una mirada fulminante.-Quiero decir eeh... acogedor.

Ringo ahogó una carcajada.

-Debes ser John.-Dijo el hombre.-Mucho gusto.

-El placer es mío, señor Menor.

-Mejour, es francés, John.-Contestó Epstein pensando de que manera asesinar al joven cuando el hombre se vaya.

-Entonces, les ofrezco esta cantidad de dinero, a cambio de que graben un anuncio para mi empresa.-Dijo y abrió un maletín repleto de billetes.

Todos se quedaron observándolo boquiabiertos. En ese momento, Penélope, que parecía pasar todo el día en aquella casa, bajó por la escalera principal, y al reparar en el visitante su expresión cambió por completo: sorpresa, alegría, emoción.

Al principio los fab four y su representante imaginaron que, puesto a que ambos eran franceses, se conocían, pero no tenía nada que ver. 

-Winky!-Gritó la joven feliz y bajó corriendo.-Llevo toda la semana buscándote. Y miren, trajo la olla llena de dinero!

-Oh no.-Susurró George y rió por lo bajo al ver la expresión de Brian.

-De que habla esta jovencita?-Preguntó el hombre.

-Sabe hablar!-Exclamó ella.

-Por supuesto que sabe hablar, Penélope.-Contestó Epstein intentando salvar la situación mientras se secaba la frente con un pañuelo.

-Yo sabía que te encontraría, pero no he visto ningún 
arcoiris por aquí.

-Usted está tomándome el pelo?-Se quejó él, parándose.

-Cálmese señor Mejour, le ruego que tome asiento nuevamente.-Sugirió el representante sin saber que hacer.

-Que pequeño es!-Rió ella.-Ya me imaginaba yo que sería un enano, pero sorprende. Y bien, vas a darme la olla con monedas de oro?

-Esto es el colmo!-Dijo poniéndose su sombrero.-Una verdadera falta de respeto. No hay negocio con ustedes, insoletes, adiós.

Sin más, salió por la puerta principal, sin dar tiempo a nadie  para detenerlo.

-Winky! Por qué se fue? Dije algo malo?-Preguntó la joven.

-Van a matarme algún día.-Susurró Epstein antes de desplomarse sobre el sofá.

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