viernes, 28 de diciembre de 2012

Capítulo 76 My generation (3 últimos capítulos!)


1969 un año para recordar. Ese había sido el más desquiciado que hube sobrellevado, el más memorable de todos los que componían la década de 1960. Todo lo que sucedió se me torna difícil de explicar en estos registros, pero al menos voy a intentarlo.

20 de julio: la llegada del primer terrícola a la luna.

-No puedo creerlo.-Decía George con Pattie en sus brazos. 

Pattie Boyd, la joven de belleza deslumbrante y una de las más influyentes de la época. Había conocido a George durante la filmación de A hard day's night y desde ese momento resultaba raro verlos separados. Eran una hermosa pareja, no lo niego, pero me molestaba observarlos y saber que la joven, años más tarde, lo dejaría por el virtuoso guitarrista Eric Clapton, no sin antes pasar por Roonie Wood.

El televisor daba las imágenes de todos los preparativos antes de que "Apolo 11" partiese para cumplir su misión. Esto no era más que una demostración de superioridad social y tecnológica de una potencia mundial enfrentada a otra, pero preferiría no profundizar el tema. También había personas quienes afirmaban que todo era una farsa. Lo fuese o no, era emocionante verlo.

El humo que salía de la parte trasera de la nave, el rugido de esta y su acenso hacia los cielos, increíble sin dudas. Un hombre con un traje extraño, Neil Armstrong, el primer ser humano en pisar la luna, acomodaba triunfal una flameante bandera de los Estados Unidos de América y daba pasos agigantados sobre la extraña superficie. ''Es un pequeño paso para el hombre y un gran paso para la humanidad" Afirmó más tarde... frase que sería recordada por el correr de los tiempos.

...

Estaba algo inquieta, no lo puedo negar. Sin embargo, algo de costumbre ya se había instalado en mí. El mismísimo Paul McCartney me observaba de una forma sumamente extraña, no podía descifrar lo que había en su mirada. Y no es que tuviésemos la mejor de las relaciones luego de que nos peleásemos hacía un par de años, pero por razones ajenas a nosotros, debíamos vernos algo seguido. Algo me decía, quizás ese sexto sentido del que tanto hablan, que el bajista había comenzado a sospechar.

Abbey Road Studios 12 de Agosto.

-No puedo creerlo.-Acotó susurrando un productor cuyo nombre desconocía.

El ambiente era pesado. Los cuatro Beatles con sus largas cabelleras estaban claramente en otra etapa de sus carreras como músicos, y ahora permanecían completamente en silencio. Paul afinaba su bajo sumamente concentrado mientras observaba algún punto de la nada. Ringo, por su lado, jugaba con sus baquetas golpeándolas contra la silla y George se encontraba sentado en una especie de mezcla entre trance y agonía. Mientras tanto, en alguna parte del edificio, John le sonreía a su reciente esposa Yoko Ono.

Yoko era una joven artista plástica japonesa con ideales revolucionarios. Nadie podía afirmar con certeza en que condiciones había conocido a John, ni tampoco como se habían enamorado de aquella manera, pero lo cierto era que desde ese momento él no había vuelto a ser el mismo. No era mejor, tampoco peor, completamente distinto. Había tomado más conciencia sobre su puesto en la sociedad y los múltiples problemas de esta. Ahora su humor se tendía mucho más al sarcasmo y a veces hacía dudar a uno si hablaba enserio o no, quizás por las cosas varias que acotaban las fanáticas acerca de su nuevo amor. Sin embargo, más allá de todo esto, puedo afirmar con certeza que fue el amor más puro y verdadero que vi jamás.

Los cuatro de Liverpool se encontraban en el estudio terminando de graban un Lp denominado "Abbey Road" siendo una de las últimas veces que se encontrarían allí como un conjunto, pero ellos no lo sabían aún, aunque todos lo habían pensado más de una vez.

Goodbye ruby tuesday! Londres, 3 de julio, día de lluvia.

-No puedo creerlo.-Solté completamente sorprendida luego de colgar el teléfono.

-Pasó algo grave?-Preguntó Juliet, quien había estado haciendo preguntas con su mirada mientas estuve manteniendo la conversación telefónica.-Quién era?

-Charlie.

-Estás asustándome, tienes una expresión tan...-Se detuvo a pensar, pero cambió de tema.-Qué Charlie?

-Watts.

-Adoro a ese muchacho, es tan cortes! Y claro, viene de familia, cuando no? Su madre es una mujer maravillosa, sumamente maravillosa y su padre ni hablar! Él...-Comenzó a decir, como de costumbre ella sabía vida y obra de cualquier persona que puedas imaginarte, pero se detuvo al observar mi fría expresión.-Qué sucedió?

-Murió... Brian murió!-Dije sin poder creerlo.

-Lo siento tanto.-Fue lo primero que dijo y me abrazó.-Como sucedió?

-Lo encontraron ahogado en su piscina.-Contesté, eso no me lo había dicho Charlie, pero lo tenía claro.-No sé sabe en que condiciones, probablemente tuvo un ataque de asma...

-Que tragedia!-Se lamentó.-Era un muchacho maravilloso aunque tenía un carácter extraño.

-Y no me extrañaría que ella tenga algo que ver con eso...

-Quién?

-Anita Pallenberg, no puedo creerlo.-Susurré, tenía un sentimiento dentro mío imposible de explicar.-Es decir, yo lo sabía, sin embargo me olvidé por completo. Si tan solo lo hubiese recordado, no estaría tan sorprendida.

-La muerte siempre sorprende, Angie.-Contestó.

Pensé. Anita era el motor de la banda en estos tiempos tan extraños, y eso lo sabía desde antes de viajar aquí. Sin embargo, un sentimiento extraño se había apoderado de mi, una mezcla de melancolía, odio y tristeza. Y además de haber abandonado a Brian por Keith, también estaba con Mick, y ahí fue cuando entró mi inevitable histeria de mujer. Quizás comprendiera a la joven por tomar aquella decisión, Jones era un joven muy desequilibrado y poseía una mente que perduraba en el eterno limbo entre la cordura y la demencia, y eso era precisamente lo que me había hecho tomarle más cariño. Era un ser hermoso, aunque su comportamiento causara algunas confusiones.  
Por otro lado, Charlie era el único con el que mantenía una relación de amistad en estos tiempos. Era el más sensato de todos y era increíble todo lo que sabía, las conversaciones con él fueron las que mejor recuerdo de mi vida. Los demás miembros del grupo se veían cavándose su propia tumba, inmersos en el alcohol y la droga. No digo que Watts no haga estas cosas, ni mucho menos, pero su espíritu de jazzman podía proporcionarle un límite.

-A donde vas? Está lloviendo!-Preguntó Juliet.

-Al funeral.-Contesté sin saber con exactitud a que hora se llevaría a cabo.

-Pero no estará allí esa jovencita? Creo que es mejor que te quedes en casa.

-No creo que esté allí, y en el caso de que así sea, debería soportarlo... él murió, Juliet!

Salí dando un portazo, no intencionalmente, pero así fue. Luego de divagar varias horas por las húmedas calles de Londres, sin dirección alguna, decidí pasar por la dirección que Charlie me había dado.

Había muchas personas allí, entre las cuales podían distinguirse reconocidas figuras populares e incluso periodistas. 

-Hola Angie.-Dijo Bill Wyman apareciendo de la nada, como acostumbraba hacerlo, era completamente impredecible.

-Hola momia.-Contesté, lo había apodado así desde hacía unos años, simplemente por su falta de expresión al tocar.

-Qué haces por aquí?

-Vengo a comer y tomar gratis.-Dije sarcástica y el rió.

-Me refiero, no es un buen ambiente, está algo melancólico.

-No es para menos.-Contesté mirando al rededor.

-Es una pena que esos ojos tan lindos reflejen tristeza.-Dijo él en un tono poético.

-Basta Wyman, no seré una más de tus 400.-Bromeé sobre aquel rumor y el joven rió.

De todas formas, terminé por aceptar que él tenía razón. Pasear entre la gente melancólica y ver el cuerpo pálido de Brian no era de mi agrado, y me parecía una costumbre un tanto morbosa. 


Me alejé del lugar predispuesta a volver a casa, y aunque no lo admitiese, en cierto modo salía de allí para no toparme con Keith y su estado deplorable acompañado de su hermosa lucifer. Además, me agradaba la idea de esperar a ver como continuaba todo, específicamente sabiendo que dentro de tres días tenían previsto un gran concierto gratuito en el Hyde Park, ideas de Jagger, claro está.

Me senté en la acera, que curiosamente se volvió el lugar más cómodo para este tipo de reflexiones. Saqué un cigarrillo de mi bolsillo y lo encendí. Era una de las primeras veces que fumaba, y realmente no sé con que propósito lo hacía, puesto a que el sabor no era algo que me agradase demasiado. Sin embargo, después de todo, cada uno tenía su forma de recordarlo.

London, Hyde Park 6 de Julio de 1969, día soleado.

El calor castigaba a Londres como si se encontrara en el más profundo de los infiernos, pero ni eso iba a poder detener un gran fenómeno que estaba a punto de suceder.

El gran parque se encontraba repleto de personas, había al rededor de medio millón. Era completamente increíble como uno se imaginaba a ese tipo de multitud y como era realmente. Había todo tipo de gente: unos bailaban al compás de tambores cual esclavos, otros dormían bajo los cálidos rayos del sol, y también los había drogados y haciendo cosas completamente sin sentido. Lo que uno llamaría "hippies" sin más ni menos.

Algo que llamó mi atención fue un grupo de estos, cuyo "líder" llevaba mantas sobre sus hombros y tenía el cabello largo. Este hombre caminaba con una rama como ayuda, al igual que los trepadores de montañas. Él afirmaba que todo esto era muy bueno, pero sin embargo Mick Jagger jamás podría igualar al místico John Lennon. Esta era la disputa de la década.

Algo bueno que tenía conocer a los miembros de una banda era que se podía tener algún privilegio y observar el espectáculo desde un costado del escenario. Lugar donde se encontraban Anita Pallenberg y la hermosa Marianne Faithfull con su hijo Nicholas, entre otros.

Sobre el otro costado, se encontraban los temidos Hells Angels, contratados para servir de seguridad. Eran un grupo de jóvenes con motocicletas y cascos con símbolos extraños quienes al parecer, tenían más alcohol en la sangre que las personas de quien tenían que proteger.

Ese día permaneció intacto en mi memoria. Pese al estado de todo mi entorno, decidí no consumir nada, especialmente para no olvidar lo que estaba sucediendo aquella tarde. 

-Me tiemblan las rodillas.-Bromeó Keith al escuchar al presentador anunciar la cantidad de gente que se encontraba en el parque.

-Creo que es natural estar nervioso antes de esto.-Contestó Mick Taylor, el virtuoso y callado guitarrista.

Por su parte, el excéntrico de Jagger hacía morisquetas y practicaba sus movimientos frente a un espejo.

El concierto arrancó con algo de demora, pero su público, a quienes su estado no les permitía tener noción del tiempo, no se dieron cuenta. Comenzaron con un homenaje a Brian liberando una enorme cantidad de mariposas blancas, después de todo, no podían dejarlo pasar. 

Continuó con una canción tras otra, haciendo bailar al extraño público y en un abrir y cerrar de ojos, o al menos eso me pareció a mi, terminó dejando en mi memoria un recuerdo difícil, muy difícil de borrar.

23 y 24 de Julio. Nueva York, Estados Unidos. Día... ¿día?

Esto me parece preciso registrarlo, puesto a que es un hueco de olvido en mi existencia. Lo único que puedo afirmar con certeza sobre estos dos días... es que no recuerdo ni el más mínimo detalle. Sinceramente, quizás halla consumido algún estupefaciente sin ser consciente de aquello, pero de todas formas, son dos días de mi vida que me parecieron no haberlos vivido.

Lo último que recuerdo es haber acompañado a los fab four a una gira a Estados Unidos, pasando específicamente por la ciudad de Nueva York. Allí vivía, un conocido personaje de la década: el misterioso Robert Zimmermann, más conocido bajo el nombre de Bob Dylan.

John y varias personas me habían contado lo que sucedía en su departamento. Siempre estaba repleto de personas. En una habitación había un pequeño grupo tocando la guitarra, en otra un par de enamorados, en la siguiente otros drogándose y así se convertía la casa del cantante de folk en un albergue, por así decirlo. En lo que respecta a él, podía encontrarse en alguna de esas habitaciones, pero también contaban que solía encerrarse en alguna de ellas y no salir de allí por varios días. Cuando por fin lo hacía, traía en su mano la próxima balada que treparía las listas a la velocidad de la luz.

Lo último que recuerdo de ese famoso 23 de Julio del 69, fue su áspera voz al recibirnos a Lennon y a mí. Me lamento demasiado no poder saber con exactitud que dijo, pero su voz permaneció en mi memoria como si hubiese sido ayer.


15, 16 y 17 de Agosto. Bethel, Nueva York. Woodstock: 3 days of peace & music.

El sol se asomaba por el horizonte de la ruta tiñendo los cielos de naranja, mientras los pájaros anunciaban la llegada del nuevo día: 15 de agosto, el día que daría comienzo a Woodstock.

Los vehículos se amontonaban en la carretera. Algunos eran pequeñas furgonetas celestes donde viajaban, al menos, 15 personas. Y si llegase a abrir el vidrio, saldría una cantidad de humo similar a una explosión.

-Estoy preocupada por Lucy.-Comentó Félix, quién la había dejado con Juliet, argumentando que no sería un buen ambiente para una niña.

-Descuida, estará bien.-Contesté.

-Estoy muy emocionada!-Exclamó Penélope abrazando a mi hermano.

Si, por fin había sucedido lo que todos esperábamos. Ambos se habían dado cuenta que estaban enamorados el uno del otro, y era la pareja más perfecta que jamás halla visto.

...

Esa fue la mayor concentración de personas que existió hasta el momento. Era sin dudas, el paraíso. Con algo de excesos, claro está. La cantidad de gente se extendía hasta donde tus ojos lo permitían, era algo completamente increíble. Sin embargo, la droga parecía ser más.

Este enorme festival se convirtió en un icono de una generación estadounidense que se encontraba harta de las guerras con vietnam y predicaban la paz entre las personas.

Esos tres días habían sido de muchísimo descontrol. Y para agregar ese toque que faltaba, mientras el Ravi Shankar interpretaba canciones, la lluvia torrencial comenzó a caer sobre la multitud. Por supuesto, esto no fue ninguna traba, ni mucho menos, los extraños personajes que allí estaban comenzaron a danzar bajoe  la lluvia de una forma bastante particular. 

Lo curioso de todo esto, es que el festival continuó hasta la madrugada, cerrando el primer día Joan Baez, quien estaba embarazada de seis meses.

Del segundo día recuerdo poco, debido a que dormí casi toda la tarde, era algo incómodo, pero no podía esperarse más. Cuando al fin desperté, Santana hacía rugir su guitarra parado en el medio del escenario. Más tarde, a la madrugada Creedence comenzaba su show luego de que unos amplificadores fueran sobrecargados. Luego continuó la mística Janis Joplin y los Who comenzaron a las 5 de la mañana, era increíble ver a Pete, ese jovencito londiense allí arriba.

El día siguiente, una tormenta colapsó el festival luego de la entrada de Joe Cocker, la cual duró varias horas. La gente había comenzado a irse, en especial esos que ya estaban casi agonizando. 

Y para el final, Jimi Hendrix comenzó a las 8 de la mañana, con su rasposa voz y su inconfundible guitarra. Una melancolía nació en mi: después de ver esto, ya nada tendría sentido. Pero me sentía enormemente feliz de presenciar aquello.

...

15 de Septiembre, Londres nuevamente. 

Los cuatro beatles se encontraban en mi casa, mi hermano los había invitado a cenar. Todo resultaba extraño, por su distancia y por la tensión con McCartney.

-Voy al baño.-Dije y me paré para evitar continuar en ese ambiente. 

Subí las escaleras y me detuve, no sabía que estaba haciendo, pero al menos era mejor que estar allí abajo. Me senté en la escalera, justo donde no podían verme para esperar un par de minutos así se haría más real la excusa de "fui al baño". De repente, algo me sacó completamente de mis pensamientos.

-Así te quería encontrar.-Susuró Paul apareciendo de la nada, parecía aterrador...



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Bueeno, se nos viene el final! Este "especial de navidad" se me atrasó un poquito jaja espero que la hayan pasado muy bien. Ahora subo otro capítulo como 2da parte del especial, tómenlo como de fin de año si tienen ganas, pasa que el dibujito de arriba queda bien y no tenía ganas de cambiarlo jaja

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