Capítulo 30

Algo me despertó de mi profundo sueño, la sed me estaba consumiendo. Por esa razón me levanté, algo confundida, y bajé las escaleras dirigiéndome hacia la cocina. Estaba algo oscuro, pero la luz de aquella habitación estaba siempre encendida. Me dirigí allí y me serví un vaso de agua.
-Hola.- Escuché detrás mio y volteé, era Penélope.
-Hola.-Dije amablemente.-Quieres tomar algo?
-Si gracias, a eso venía.-Contestó.
-Quieres agua?-Pregunté.
-Aquí también hay agua?-Contestó asombrada, era una pregunta muy estúpida.
-Claro que si.-Dije con una expresión extraña.
-Solo que no sabía que en otros continentes también había agua.-Dijo ahora. Espera dijo ''otros'' continentes? Decidí ignorar ese comentario.- Además como los Ingleses siempre hablan de té...
-Bueno.-Dije interrumpiéndola.-Quieres?
-Claro.-Contestó y bebió un sorbo.-Gracias.
-De nada.-Dije ahora.
-Adios.-Contestó y se alejó bostezando por la puerta.
Me quedé unos segundos pensando en lo que había dicho, que extraño había sido. Siempre pude reconocer la forma de ser de las personas con apenas hablarles, aunque a veces me equivocaba. Sin embargo estaba casi segura que Penélope era de esas chicas que eran muy bonitas, pero algo idiotas. Una risa me sacó de mis pensamientos, era Iván entrando a allí.
-Lo que faltaba.-Bromeé, pero él seguía riendo.- Veo que escuchaste nuestra extremadamente culta conversación, no es así?
-Lo suficiente.-Dijo y rió ante mi comentario.- Qué haces despierta a esta hora?
-Tenía sed.-Dije ahora y bostecé.-Y tu?
-No puedo dormir.-Contestó.
-Interesante historia.-Dije y tomé una manzana dándole un gran mordisco. 
-Ya deja de comer.-Dijo ahora y rió.
-Cállate.-Contesté.
-Cállame.-Dijo ahora poniendo esa mirada profunda y me tomó por la cintura acercándome a él.
-Como digas.-Contesté y tomé otra manzana que encontré sobe la mesa, colocándosela en la boca, así no podría hablar.
Me alejé de allí riendo, y entré a mi habitación, estaba muy cansada razón por la cual no pasó un segundo antes de que me hundiera en un sueño profundo.
Me desperté unas horas después algo exaltada. Soñé en un futuro, un mundo mucho peor. Tendría algo que ver con Stuart o solo estaba demasiado perseguida? Por más intentos que hice, no logré dormir de nuevo. Daba vueltas y vueltas sobre mi cama, las 7 en punto marcaba el reloj. No tuve nada mejor que hacer y me levanté, al parecer había sido la primera. Bajé las escaleras bostezando y encontré una nota sobre la mesa. La leí rápidamente ya que no era muy larga y en resumen decía lo siguiente: Jim y Juliet habían tenido que realizar un viaje a Manchester, ya que un familiar se había enfermado. Se quedarían aproximadamente unos tres días allí, y en el refrigerador había comida y otras cosas que necesitáramos.
''Excelente'' pensé. Dejé la nota allí sobre la mesa y me dirigí hacia la cocina, mi estómago estaba empezando a hacer ruidos. Recordé que a Félix le tocaba hacer el desayuno, por esa razón comencé a cocinar algo yo, él no era muy bueno en eso.
-A mi me tocaba hacer eso.-Dijo entrando por la puerta de la cocina.
-Lo sé, por eso mismo.-Dije y reí.
-Qué vas a hacer?-Preguntó observando.
-VAMOS a hacer hot cakes. Pásame esa cosa que se parece a tu cabeza.-Dije señalando un tazón.
-Angie, mírame.-Contestó y volteé a verlo, en ese instante me echó harina en la cara.
-Félix Smith, esto no se quedará así.-Dije tomando en mi mano un huevo.
-No te atreverías.-Dijo retrocediendo.-Acabo de bañarme..
-Eso es mentira!-Contesté y reí.
-Iván! Sálvame!-Gritó ahora.
-Gritar no te ayudará, nadie puede oírte.-Dije como toda una psicópata y me acerqué más a él.