Capítulo 33 Won't get fooled again

''Diablos'' pensé. Eso era tan desastrosamente distinto a lo que había imaginado que sucedería. Allí estaba Stuat con su sonrisa radiante, con la que podría conseguir cualquier cosa que quisiera. Estaba bebiendo, hablando y riendo con John, ambos sentados en una mesa.

Todo eso pareció suceder en cámara lenta, Mary me observaba preocupada, y yo inmóvil veía a Stuart, que por cierto, y por suerte, no se había percatado de nuestra presencia. A decir verdad empecé a sentirme muy mal, qué había hecho?
-Mary debemos irnos.-Dije rápidamente, alejándome de allí.
-Pero, y los demás?-Preguntó ahora.
-No importa!-Contesté, estaba verdaderamente asustada, a partir de el instante en que Stuart había vuelto a pisar las calles de Liverpool, nada sería igual.
-Está bien.-Dijo bajando la vista y se apresuró para alcanzarme.
Abrí de par en par la pequeña puerta de la entrada y salí afuera seguida por Mary. Sinceramente no me importaba la lluvia, y al parecer a mi compañera de locuras tampoco. Corrimos por la gran avenida Mathew Street a todo lo que daban nuestras piernas, la lluvia caía a cántaros. Por fin llegamos a la parada del autobús, y por primera vez en mucho tiempo tuve suerte, debido a que este estaba llegando. Frenó ruidosamente frente a nosotras, abriendo lentamente su puerta.
-Se dirige a Londres?-Pregunté.
-Si.-Contestó el conductor sin muchas ganas.-Pero no voy a llevarlas así, están mojadas.
-Pero, es urgente!-Replicó Mary.
-Ya dije que no.-Se negó nuevamente el inexpresivo conductor.
-Oh disculpa Enrique VIII, olvidé que la lluvia mojaba a la gente, mi majestad.-Dije ahora algo molesta, pude oír la risa burlona de Mary.
-Niñas maleducadas.-Dijo ahora y cerró la puerta.
Deberíamos volver lo antes posible, no podíamos perder ni un segundo. Pero dicho esto, el hombre arrancó el autobús.
-Estúpido.-Dije sumamente enojada susurrando.
Mary estaba igual que yo. La lluvia no cesaba y ese hombre se había negado a llevarnos de la única forma que podíamos a nuestro hogar. Mary tomó una roca con su mano, y la arrojó hacia el vehículo. Con solo decir que tenía muy buena puntería basta para que se imaginen lo que sucedió, no? El tiro fue exacto para que consiguiera romper un vidrio, en ese mismo instante, el autobús frenó.
-Corre Angie, creo que me pase.-Dijo Mary divertida.
Y en un segundo estábamos corriendo nuevamente hacia quién sabe donde, sin poder para de reír. Cuidando de no caer, ya que el suelo estaba muy resbaloso. Fue una escena muy divertida, mientras duró.
-Tienes dinero?-Preguntó Mary divisando un taxi.
-No.-Respondí pesadamente hurgando en el bolsillo de mi abrigo, el cual solo contenía una moneda y cualquier cantidad de pelusas.-Y tu?
-No, pero no importa.-Contestó con una sonrisa pícara en el rostro.-Taxi!
A continuación este frenó delante de nosotras. Subimos e inmediatamente le dimos la dirección. Realmente no sabía que íbamos a hacer, no teníamos dinero. Pero Mary tenía una mente brillante, a la cual siempre se le ocurrían planes siniestros. El viaje pasó, bueno, no puedo afirmarlo ya que curiosamente desperté entre los llamados de Mary. Ya habíamos llegado a casa, y aún estábamos dentro de el taxi. 
-Adiós.-Saludé y bajé.
Acción que fue repetida por Mary. Ya dentro de casa, subí apresuradamente las escaleras, ambas entramos a mi habitación. Acto seguido, comencé a buscar dentro del ropero, la implacable máquina del tiempo, y la encontré. Pero antes de viajar me surgió una duda.
-Mary.-Pregunté.-Como pagaste el taxi?
-No lo hice.-Contestó y esbozó una sonrisa.
-Y entonces como hiciste?-Pregunté.-No me digas que...
-Tranquila.-Me interrumpió.- Solo dije que era la sobrina de Elvis.
-Eres terrible.-Dije riendo.-Y vienes?
-Claro!-Contestó como si fuese algo evidente...