jueves, 15 de diciembre de 2011

Capítulo 10 It won't be long

Empujamos esa puerta, un depósito de agua se encontraba atravesándola. Detrás de este, se encontraba el dichoso pasillo. Pero no era nada fácil acceder a él, había que trepar con cuidado. Era como un túnel, con pared de ladrillos y el tejado inclinado hacia un lado. Había que caminar con cuidado, pues solo las vigas estaban sostenidas firmemente, entre ellas, había un piso frágil, que con el menor peso, se caería. A medida que caminábamos, más se podía notar el polvo que había allí. Hasta que encontramos una puerta en la pared. Era pequeña, y no tenía cerradura o algo por el estilo, es que había sido diseñada para salir de esa habitación, no para entrar. 
-Lo hago?-Pregunté a mi hermano con una mano sobre la puerta.
-Como quieras.- Contestó él sosteniendo la vela que ya estaba consumiéndose.
Y así fue, abrí la pequeña puerta que estaba frente a nosotros, con cierta dificultad. Se abrió de par en par, y con un gran susto, nos dimos cuenta de que no contemplábamos un desván de una casa deshabitada, sino, una habitación amueblada. A félix lo venció la curiosidad, y apando su vela, entró a aquel lugar. Prendió una lámpara que allí se encontraba. No me parecía buena idea, sin embargo, yo también entré allí. Las paredes estaban cubiertas por estanterías repletas de libros. El fuego ardía en un chimenea. Delante de esta se encontraba un enorme sillón, con un respaldo muy alto. Una vieja y ancha mesa, ocupaba casi toda la habitación. Allí había algo cubierto por una manta, no era muy grande. También, libros, velas y toda clase de objetos raros. 
-Mira esto.- Dijo mi hermano, mostrándome un libro escrito en otro idioma, latín tal vez.
-Esta casa no está abandonada, será mejor que nos marchemos.- Dije algo preocupada.
-Espera.- Contestó él, contemplando los objetos extraños de la mesa.
-Si, quédense un rato más.- Dijo, levantándose del sillón, nada más y nada menos que el tío Alfred. 
Félix me lanzó una mirada. En ese momento comprendimos nuestro error, no solo que no estábamos en la casa de al lado, sino que nos encontrábamos en esa misma habitación que Alfred no había querido mostrarnos. Además, como no nos percatamos de su presencia!
-Té?-Preguntó el anciano esbozando una sonrisa de oreja a oreja.
-No, gracias, nosotros ya nos íbamos.- Dijo mi hermano, a diferencia de mi, todavía sin haberse asustado.
-Nada de eso.- Dijo nuevamente nuestro tío.
Retrocedimos un paso hacia la puertecita por la que habíamos entrado. Pero Félix no tardó en ponerse algo tenso, al notar que el anciano, rápidamente, pasó por nuestro lado y cerró esa puerta, colocándose frente a ella.
-Qué haces?- Pregunté.
-Bueno, verán, dos niños era justamente lo que necesitaba.-Comenzó diciendo.
-Para qué?-Preguntó Félix. Alfred pareció pensar un momento.
-Saben qué? No importa, cosas de viejos, no les interesaría. Será mejor que vallan a la cama, es tarde.-Dijo ahora firmemente.
-Bueno.-Respondí y me dirigí hacia la puerta.
-Pero, antes, quisiera mostrarles algo...-Dijo y destapó con delicadeza ese objeto cubierto por la manta.
-Woow.- Me sorprendí.
Era algo diferente a lo que pudieses imaginar nunca. Tenía una extraña belleza. Era casi hipnótico, algo pequeño que estaba lleno de cables, botones, era una especie de caja metálica. Pero lo más llamativo era que tenía números.
-Qué es?- Preguntó Félix con sus ojos clavados en el maravilloso objeto.
-Aún no lo sé.- Expresó el tío Alfred pensativo, que ahora ya no parecía ser atemorizante.
-Puedo?- Dijo mi hermano nuevamente, insinuando tocar aquel objeto.
-Adelante.- Contestó Alfred, y sonrió. Pareció una sonrisa natural, pero yo pude notar una expresión ansiosa en su rostro, casi codiciosa.
-No!-Dije en un tono de voz más elevado.- Félix no lo toques!
Pero, demasiado tarde. Sin ninguna luz, ruido o advertencia, mi hermano había desaparecido. Ahora Alfred y yo, estábamos solos en la habitación...






El capitulo 10, por fin. Es corto, pero bueno, es lo que hay, ahora voy a actualizar más seguido y no sean cacas (?) y comenten. Gracias C:

2 comentarios: