Capítulo 49

Bajamos del autobús rápidamente y caminamos varias calles sin decir una sola palabra. No era un silencio incómodo, todo lo contrario, cada uno estaba en su mundo. Yo, como era de esperar, estaba pensando en la terrible cosa que había visto en el colegio. Tenía cierto miedo de que pudiese aparecerse en cualquier lado, incluso en ese mismo instante. 


-Aquí es.-Dije frente a casa.
-Woow que lindo lugar.-Se asombró John.

A decir verdad si, era un hermoso lugar.Tenía ese aspecto británico que tanto me llamaba la atención. Me gustaba mucho esa casa.En especial ahora, porque 50 años más tarde el tío Alfred no cuidaba de ella, y a pesar de que su estructura antigua era muy linda, se veía abandonada y horrible. Nunca me puse a pensar como apenas dos adultos jóvenes poseían una casa como aquella. Si bien creo que Juliet la heredó de sus abuelos, Jim tenía un muy buen trabajo de periodista.


-Y bien, vas a invitarme a pasar?-Preguntó John haciéndose el galán. 
-Si me lo pides así no.-Dije y reí.-Adelante, pasa.


Por los gritos y las risas que se oían desde afuera, pude adivinar dos cosas: que Félix había llegado, y no estaba solo y que Jim y Juliet no se encontraban. Por el ruido que podría escucharse a tres calles de allí, parecía haber 20 personas dentro. Pero al entrar me di cuenta de que simplemente eran los mismos escandalosos de siempre, y al parecer bastante felices.


-Hola vecinita!-Saludó alegremente Iván con una botella en su mano, riendo sin parar.

                          Que bonito que es Harry!


Definitivamente no me cabía duda de que todos ellos estaban algo borrachos, excepto la inocente Penélope. Ella solo escuchaba curiosa las incoherencias que decían, en especial mi hermano.


-Félix donde están Jim y Juliet?-Pregunté, lamentablemente siempre sonaba algo seria en esos casos pero tenía que preguntar. Él al terminar de escucharme miró hacia los lados, luego dentro de su bolsillo y puso cara de desorientado.
-No están.-Dijo buscando dentro de su otro bolsillo, lo que me causó algo de gracia.
-Ya se que no están!-Dije ahora.
-Y entonces para que preguntas?-Se quejó.
-Te pregunté donde estaban.-Contesté.
-Ah! Salieron.-Dijo y sonrió. Claramente estaba tomándome el pelo.
-A donde?!-Pregunté ya casi sin paciencia. 
-No recuerdo.-Dijo rascando su cabeza de forma pensativa.-Ah si si! Estarán en Manchester unos días. Al parecer ese abuelo suyo enfermó aún más.
-Ah.-Dije ya habiendo averiguado lo que quería.


Me senté en uno de los sillones que se encontraban en la sala, al lado de Iván, debido a que no había otro lugar. En tal caso, probablemente no me hubiese sentado allí.


-Y que tal tu primer día?-Preguntó alegremente.
-Si me pagasen por cada vez que me pregunten eso, ya sería millonaria. Pero bien, nada nuevo.-Mentí.
-Excelente.-Dijo sonriendo y bebió un sorbo de aquella botella. 
-Así es.-Contesté ya que no se me ocurría otra cosa para decir. Él dirigió una mirada pervertida a Penélope.
-Oye sabes como le dicen a Penélope?-Me preguntó casi susurrando. Sabía que ahora diría alguna estupidez. 
-No, no se.-Dije y reí.
-Caballo de carrusel.-Contestó divertido, definitivamente estaba segura que diría alguna estupidez como las que solía decir cuando estaba algo ebrio.
-Y por que?-Pregunté siguiéndole el juego.
-Porque no hay muchacho que no quiera montarl...-Estaba diciendo pero lo interrumpí cubriendo su boca con mi mano para que callase. Aunque tenía que admitir que me había causado gracia. Él me mordió para que lo soltara.
-Auch!-Me quejé y golpeé su cabeza, no tan fuerte.
-Hey eso dolió!-Dijo exagerando.
-Claro que no.-Contesté.
-Si.-Se quejó.
-Que maricón!-Dije ahora.
-Ven aquí!-Dijo y me abrazó haciendo que quedara muy cerca de él.-Sabes que eres como mi hermanita menor..
-Que yo sepa los hermanos mayores no tienen tan cerca a sus hermanas, claro a menos que sean pedófilos.-Dije reí y lo alejé un poco de mi.


El hambre me estaba derrotando, hacía horas enteras que no comía nada, debido a que esa chica Annica creo que se llamaba, me había dicho en palabras más sutiles, que la comida de allí era un asco. Por suerte una hermosa y radiante pizza descansaba sobre la mesa, dentro de su caja que parecía sonreír. Pero había un problema: solo quedaba una porción. Todos los que estábamos presentes en esa sala clavamos nuestra vista en aquel solitario y último pedazo de comida. El ambiente era tenso, no se sabía quién sería el primero que se abalanzaría sobre la última porción de pizza. Pero el que lo hiciera, desataría una batalla. Por lo menos Félix, nunca te dejaría la última porción y más aún, al comérsela se reía de ti. Nos dirigíamos miradas sospechosas entre nosotros...


-Es mía!-Dijo John y se abalanzó sobre ella, desatando la gran batalla.
-Deberás pasar por mi cadáver Lennon.-Contestó mi hermano e intentó robársela...

Muertos de hambre les decían jajajjaja Es un capitulo raro(?) espero que les guste :)