miércoles, 8 de febrero de 2012

Capítulo 52 Hey Ho Let's go

Solo había unas personas que sabían como ayudarme a acabar con esto. Cuando recordé la conversación que había tenido con Lucy en la tarde.


-Estoy harta!-Dije a Lucy quien escuchaba divertida mi relato de la criatura.
-De que?-Preguntó.
-Quiero irme de ese colegio de mierda!-Me quejé.
-Pero si tienes a Pete, a Steve, a Alison.-Contestó ella.
-Pero las cosas con esa criatura son mucho más complicadas...-Dije cuando ella me interrumpió.
-Solo tienes dos opciones: aceptar las cosas tal cual son o tomar la responsabilidad de cambiarlas.-Dijo ella sabiamente.
-Sabes que? Tienes razón!-Dije feliz y me despedí de ella. Verdaderamente tenía razón.


Y esa es la historia de por qué me encontraba allí, frente a esa puerta. Esperé hasta que fuera medianoche, eso lo haría más interesante. Luego de que el gran reloj marcara ruidosamente el final del día y el comienzo del nuevo, me decidí a abrir la puerta. Sé lo que estarán pensando, pero ese lugar no era otro que mi habitación.


-Necesito su ayuda.-Dije en tono misterioso.
-Dinos.-Contestó la señora gorda. Si, los cuadros serían los únicos que podrían ayudarme.


Comencé el relato sentándome sobre mi cama, desde el primer día de clases, hasta hacía un rato. Los cuadros escuchaban atentamente cada una de mis palabras, y de vez en cuando se dirigían una mirada, que por más que intentase, no podía descifrar que querían decir. A decir verdad, estaba comenzando a agradarme la descabellada idea de que mis cuadros hablaran. Eran como una especie de psicólogos, y siempre podía preguntarles cosas, aunque claro, detestaba cuando comenzaban a discutir entre sí y no me dejaban dormir. 


-Podrías darme la descripción física de esa criatura?-Preguntó formalmente un anciano de un cuadro.
-Si, es mas o menos así.-Dije haciendo referencia a su estatura con mi mano.-Es como amarillo, tiene ojos grandes de color rojo y  negro, es algo peludo, tiene sonrisa maléfica y cola larga.
-Es un imp, claramente.-Dijo una mujer segura.
-No hay ninguna duda de aquello.-Contestó otro anciano.
-Un qué?-Pregunté sin entender. La señora gorda suspiró tendría que explicarme todo, pero alguien debía hacerlo, antes de que hiciera alguna idiotez.
-Un imp, son criaturas que se encuentran en Reino Unido e Irlanda específicamente.-Dijo ella.-No son malas, solo traviesas. Su mayor diversión es hacer bromas a las personas y que estas se enojen. Ya veo por que te molesta a ti.-Dijo riendo y prosiguió.-Algo que detesta es que se rían o se burlen de él, eso incluso ante muchas personas podría hacerlo desaparecer o huir.
-Ajá.-Dije con expresión de ''tengo un plan''.


-No vayas a hacer algo estúpido!-Se quejó una mujer.
-Oye Elizabeth, te olvidabas de lo más importante!-Dijo ahora el anciano pulcro que si mal no recordaba su nombre era Eliseo, el más respetable de ellos, siempre tenía la última palabra.
-Oh! Tienes razón!-Dijo ella.
-Ya díganme, me esta asustando.-Los apuré.
-Bueno, el imp es una criatura que generalmente toma forma de humano.-Explicó la señora gorda.-Así que yo en tu lugar tendría vigilados a tus compañeros.
-Annica!-Dije y fue lo único que recordé de esa noche.


Me desperté y noté que había dormido con la ropa del día anterior. Me dolía el cuerpo ya que al parecer, me había quedado prácticamente dormida en el suelo. Observé el reloj, era algo tarde ya. Me duché rápidamente y me cambié. Me puse mi precioso y abrigado gorro, y otra vez observé el reloj. Si no quería llegar tarde, debía salir ya.


Y así fue como tomé mi mochila y bajé corriendo las escaleras. No sé por que lo hacía, pero siempre tenía esos impulsos de salir corriendo, saltar e ir de un lado a otro, nunca podía quedarme quieta, y esto era así desde que era pequeña. Tomé algo para comer y salí apurada. Tanto que no me percaté que llovía. Llegué hasta donde siempre me esperaba Steve, y allí estaba, tan alegre como siempre. 


-Veo que no trajiste un paraguas, esta amistad no prosperará Angela.-Dijo él exagerando.
-Acabo de despertarme, no molestes.-Contesté mientras íbamos en camino al colegio.
-Una larga noche, eh?-Dijo y me guiñó un ojo, luego rió.
-Nada que ver! Si serás estúpido.-Contesté y reí.


Y básicamente así estaba construida mi amistad con Steve: Bromas suyas e insultos míos. No había nada que hacer contra eso, nos llevábamos bien. 


Llegamos y entre todos los estudiantes, algunos que tocaban la guitarra, otros hablando sobre su fin de semana, otros peleando, comiendo, allí estaba Pete.  


-Hola Angie.-Saludó este, mientras Steve se fue a hablar con algo de sus amigos.
-Hola Pete.-Contesté y comenzamos a caminar por el jardín, aún no era la hora de entrar a clase.
-Como estas?-Preguntó sacando un tema de conversación.
-Bien.-Dije y bostecé. 
-La presentación será en dos semanas, más te vale practicar o Ronnie te cortará la cabeza, lo digo por experiencia propia.-Bromeó él, recordándome que en dos semanas haríamos algo así como una exposición sobre una obra musical que estábamos trabajando en la clase.
-Lo había olvidado! Gracias.-Dije a Pete y reí. 
-Sabía que lo harías, por eso te digo.-Contestó y rió levemente. 
-Bueno gracias, aunque me haces sentir como una vieja menopaúsica que está perdiendo la memoria.-Contesté y él rió.


Era un chico encantador, siempre estaba atento a todo, era divertido y una de esas personas con las que se puede hablar de cualquier cosa. Aunque cuando quería podía ser sumamente molesto. No se si esa sea la palabra correcta, pero solía tener esos impulsos como los míos, de ser algo hiperactivo o simplemente de querer romper todo a su al rededor. Ese era el espíritu que caracterizaría a The Who tan solo en unos años más tarde.






Sin embargo, yo no podía creer que lo conocía. Era un muchacho realmente demasiado agradable para que unos años después terminase cayendo en todo lo que implicaba ser músico de rock de esa época. Sin embargo, yo no podía hacer nada. Las cosas debían suceder como debían suceder. Eso me hizo recordar a Stuart, y su hermosa sonrisa vino a mi mente. Estaba algo triste, ya que lo extrañaba pero sabía que eso era lo correcto. Quizás debía escribirle.


-Hey Angie! Eres sorda?-Dijo Pete pasando su mano por delante mio como llamando mi atención.-Vamos, tenemos que entrar ya. 
-Tranquilo Townshend.-Dije mientras caminaba a su lado.
-Es que estabas perdida en otra galaxia.-Exageró él.
-Solo pensaba...-Dije ahora y bajé la vista.
-En que?-Preguntó intrigado.
-Te importa?-Dije bromeando y reí.
-Si.-Contestó y sonrió.
-En... Stuart.-Dije y su expresión cambió. Pete sabía toda mi vida de memoria, excepto el viaje. Yo siempre le contaba cosas.
-Angie, no seas inútil.-Dijo y rió ya que había sonado algo agresivo.-No hay nada que pueda hacerse.
-Ya se.-Contesté.
-Voy a presentarte a unos amigos.-Dijo y levantó sus cejas, lo que produjo que yo riera.
-Me parece bien.-Bromeé.-Como se llaman?
-Johnny podría ser, o tal vez Colin.-Dijo pensativo.
-Johnny?-Pregunté sumamente emocionada.
-John Entwistle.-Contestó mientras llegábamos a nuestra clase.-Es un compañero de nuestra banda, The Deutors. No te conté?
-No.-Contesté y aprovechando que Ronald aún no había llegado, luego de que estuviésemos en nuestros asientos, siguió con su relato.
-Solíamos estar en una banda, se llamaba The Confederates, pero un día Johny conoció a un tipo que iba por la calle, y este le dijo si quería estar en su banda, ya que John llevaba un bajo. Él aceptó y luego de unas semanas me sugirieron entrar a mi también y bueno, aquí estamos.


Era sumamente emocionante el hecho de que podría llegar a conocer John Entwistle, aunque eso me causaba algo de nervios. Por otro lado, quería empezar a pasar más tiempo con John, Paul, George y Ringo.


Luego de un extenso y agotador día de clases, por fin era la hora de irse. La clase con Ronald había sido bastante agitada, pues él quería que la exposición salga todo perfecto incluso cada detalle. 


Estaba saliendo de esa prisión a la cual llamaba colegio, los estudiantes iban y venían hablando y riendo. Hoy estaba de mal humor, supongo que por el simple hecho de que me había levantado algo tarde y debía venir aquí, a decir verdad no tenía ganas de que me hablara nadie.


-Mi gorro!-Exlamé. Lo había olvidado dentro del aula. 
-Olvidaste algo?-Preguntó Pete, que casualmente pasaba por allí y me escuchó.
-No te importa.-Contesté mientras pensaba que hacer, hasta que me decidí. Iría a buscarlo.


Dí media vuelta y tomé valor, solo quedaban unos pocos estudiantes afuera del colegio. Cuando pude decidirme a caminar, Pete me tomó del brazo.


-Angie, no vayas.-Dijo serio.
-Pero es que...-Dije.
-Ya sabes que hay allí dentro. Y es más peligroso aún ahora que ya se fueron todos.-Dijo interrumpiéndome.
-No importa, es mi gorro.-Contesté. Siempre fui bastante testaruda.


Logré soltarme de los brazos de Pete y me dirigí hacia allí, una vez estando frente a la puerta me detuve. Él seguía allí, observando que iba a hacer.


-Si no vuelvo en 20 minutos, preocúpate.-Dije a Pete desde donde estaba parada, y entré...


Ese gorro ya me había causado bastantes problemas... 








Les subo un capítulo :B Va en honor al flaco Spinetta! Espero que les guste, este gorro de mierda jaja

5 comentarios:

  1. Muy buen capitulo :D (Todo en el Flaco) Me causo gracia la cara que puso. Muy bueno :D

    ResponderEliminar
  2. Hola! hace ya tiempo que leo tu fic y me encanta! acabo de empezar a escribir uno! date una vuelta y leelo porfa! http://debbie-mccartney.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  3. WOWOWOWOOWOWOOW AMÉ ESTE CAPÍTULO!! ESPERO EL PRÓXIMO

    ResponderEliminar
  4. Me encanta tu fic excelente cap:D eres muuuy chistosa xDD si puedes pasate por mi fic porfa
    http://allmylovingtb.blogspot.com

    Gracias!
    PD: es increible tu fic *-*

    ResponderEliminar
  5. Que bonito gorro! ajajajajaja :D uuuu Pete y no se preocupe por Stuart, que ya lo está consolando una alemana

    ResponderEliminar